Dicen que no hay que tocarla y que si la mirás mucho trae mala suerte. Apenas nueve personas se dieron el gusto de levantarla como capitanes.
Según Louis Vuitton, fueron necesarias unas cien horas de trabajo manual para confeccionar la maleta de traslado. Y Joseph Blatter, presidente de la FIFA, dijo que "un trofeo tan valioso merece un maletín de viaje que sea igual de elegante y prestigioso".
Es la Copa del Mundo, esa que todos quieren levantar, pero sólo uno lo hará en exclusiva.
En el Mundial de Sudáfrica se concederá por décima vez el trofeo en el que dos futbolistas mantienen en alto el globo terráqueo.
El alemán Franz Beckenbauer fue el primero en alzarla en 1974 y más adelante lo siguieron Daniel Passarella (1978), Paolo Rossi (1982), Diego Maradona (1986), Lothar Matthäus (1990), Dunga (1994), Didier Deschamps (1998), Cafú (2002) y Paolo Cannavaro (2006).
La copa fue elegida por la FIFA en 1973 luego de una reñida lucha entre 53 diseños. Silvio Gazzaniga fue el ganador y la realizó en oro de 18 quilates.
"Los jugadores sostienen la tierra desde abajo formando un círculo, representando la emoción de la victoria", explicó el diseñador.
La copa original, que es propiedad de la FIFA, pesa 6,175 y mide 36,8 centímetros. Los campeones del mundo la retienen en sus federaciones durante un tiempo, la devuelven y reciben una réplica, pero bañada en oro.
En el pie del trofeo, adornado con piedras preciosas, hay aún lugar para siete inscripciones de campeones. En 2038 se precisará uno nuevo. Claro que si Alemania, Brasil, Italia o Argentina dan la vuelta, se dejarán la copa para siempre. Suman dos títulos desde 1974 y al tercero, "se mira y no se toca"? Por los demás