Apenas seis días antes del inicio del Mundial, un gravísimo incidente sucedió en la previa del amistoso entre Nigeria y Corea del Norte (3-1): dieciséis personas resultaron heridas, una de gravedad, por una estampida de público, poco antes del inicio del partido. Aunque en principio se habló de muertos, la organización y la policía lo desmintieron.
La estampida se dio cuando miles de hinchas colapsaron las puertas del estadio Makhulong en el barrio de Tembisa, ubicado a medio camino entre Johannesburgo y Pretoria, donde entrena Corea del Norte.
El estadio Makhulong tiene capacidad para casi 12.000 espectadores. Antes del partido se habían entregado 10.000 entradas gratis a los hinchas, pero, según las autoridades, muchos más quisieron ingresar al estadio sin ticket.
"Miembros de la policía comenzaron a implementar medidas para manejar a la multitud, pero ésta se volvió incontrolable y empujó las puertas, por lo que tuvieron que ser abiertas en dos ocasiones", indicó un comunicado de las fuerzas de seguridad.
Cerca de 10.000 personas esperaban ante el estadio y se apresuraron hacia las puertas en cuanto éstas se abrieron. La mayoría llevaba camisetas verdes de Nigeria, país que tiene una gran comunidad de inmigrantes en Sudáfrica.
La policía decidió cerrar las puertas tras la primera estampida. Cuando los accesos se abrieron de nuevo, hubo de nuevo problemas.
Los servicios de emergencia informaron que trasladaron a unos 14 espectadores al hospital con heridas leves, mientras que otro policía resultó levemente herido, pero continuó trabajando.
Nigeria viajó al encuentro desde la sede de la concentración en Richards Bay, cerca de la ciudad de Durban. Los partidos amistosos no están supervisados por la FIFA. La FIFA y el comité organizador del Mundial se eximieron de cualquier responsabilidad en la estampida.
En un comunicado conjunto divulgado en la noche de ayer, ambas entidades afirman que ese encuentro "no tuvo ninguna relación con la organización operativa del Mundial", en la que "seguimos totalmente confiados".
También sostiene que la FIFA "no tuvo nada que ver con la repartición de entradas para ese partido".
Las selecciones de Nigeria y Corea del Norte estaban formándose para escuchar los himnos cuando ocurrió la segunda oleada. Los jugadores no tenían idea de lo que sucedía afuera.
El partido fue suspendido por unos 10 minutos poco después del inicio del segundo tiempo, pero luego fue reanudado y Nigeria ganó 3-1.