Los hinchas argentinos coparon la capital sudafricana con gorras, banderas, carteles y una pasión indisimulable que sorprende a los locales, y convirtieron los alrededores del HPC de la Universidad de Pretoria en su meca y, a veces, también en un circo.
Hombres disfrazados de jirafa o de gauchos, algunos barrabravas que dan sugestivas vueltas por el lugar, amor y clamor popular. No se habla de otra cosa. El Mundial lo acapara todo y dan fe de eso las 5.000 personas que vivaron a Messi, Tevez y Cía. durante el entrenamiento de ayer.
"Uno viene con la ilusión de sacarse una foto con los jugadores, que te firmen una remera (camiseta), pero parece imposible verlos. Aunque si esto sirve para que traigan la Copa, está bien", afirmó, Claudio, quien llegó con un grupo de cuatro fans del pueblo santafesino de Arteaga.
Los hinchas animaron con sus cánticos habituales, envueltos en pilcha albicelestes y entonando el viejo y querido "Volveremos, volveremos, otra vez, volveremos a ser campeones, como en el 86".