La victoria de Italia en el Mundial de Alemania, al derrotar ayer a Francia en la final en Berlín, consagró un equipo que, salpicado por los escándalos que estallaron en el "cal-cio" poco antes del certamen, se convirtió en un grupo irresistible ante la dificultad. El cuarto título de la "squadra azzurra" cae como un bálsamo para los hinchas italianos, asqueados con los escándalos por apuestas, partidos con resultados arreglados y la corrupción generalizada en la Serie A. Nada menos que 13 de los 23 italianos que se consagraron campeones del mundo juegan Juventus, Milán, Lazio y Fiorentina, los cuatro clubes amenazados del descenso. Ello no les impidió ganar el Mundial, encontrando motivación en las nubes amenazantes que pendían sobre ellos. En Coverciano, cerca de Florencia, la preparación comenzó mal. Los jugadores y el técnico Marcello Lippi fueron muy cuestionados. Por suerte, llegó el momento de viajar a Alemania. Paso a paso fue superando escollos. Pasó la primera ronda sin mayores problemas a pesar de las lesiones. El grupo se bancó el intento de suicidio de Guianluca Pessotto, mientras seguía bajando rivales, entre los que estuvo el local Alemania. Y así llegó la final con Francia. En los penales, estaban los "azzurri" con su pasado de mala suerte, eliminados de tres mundiales desde los doce pasos. Trezeguet desperdició el suyo. Grosso acomodó la pelota y llevó a los italianos al paraíso. |