Pese al escándalo de los partidos arreglados que dejó a cuatro clubes a un paso de descender, la noticia del intento de suicidio de Gianluca Pessotto, suspensiones y lesionados, Italia demostró que de la adversidad puede sacar fuerzas para llegar a la final del Mundial. Contra 60.000 germanos haciendo del estadio de Dortmund una caldera y rompiendo la historia de imbatibilidad de Alemania en esa meca, Italia dejó claro que para hundirla hacen falta más argumentos. Gracias a los goles de Fabio Grosso y Alessandro Del Piero, se clasificó para la final. Cualquier jugador tendría la cabeza en otro sitio, acosado por un futuro incierto que le espera dentro de una semana, cuando los italianos vuelvan a su tierra y deban decidir si siguen en Milan, Juventus, Fiorentina y Lazio, los implicados en el escándalo de partidos arreglados. De los 23 italianos que llegaron a Alemania, 13 tienen ese problema concreto. Y de los que jugaron el pasado martes, nada menos que nueve, como son Gianluigi Buffon, Gianluca Zambrotta, Fabio Cannavaro, Mauro Camoranesi, Gennaro Gattuso, Andrea Pirlo, Alessandro Del Piero, Luca Toni y Alberto Gilardino. "Es un sueño hecho realidad. Dominamos el partido y fuimos el mejor equipo. Los jugadores se superaron y estuvieron ejemplares. Hicieron lo que esperaba de ellos, con mucho entusiasmo. Estoy orgulloso de este equipo", es el elogio de su entrenador Marcello Lippi. El grupo también fue blanco de críticas duras de la prensa, tanto italiana como alemana, que incluso atacó con algunos temas de la vida cotidiana a los jugadores, tratándolos de "mafiosos". "No tengo mucho para comentar, salvo que fue la victoria de un grupo muy unido. Lo repetimos, pero es que realmente es un gran grupo", afirmó Fabio Grosso. "Es verdad que salimos al campo de juego con muchas cosas dando vueltas por nuestras cabezas, pero ahora podemos darnos el gusto de festejar", aseguró. Para Del Piero la noche fue mucho más difícil, pero la revancha resultó mágica y su gol le dio un poco de alivio. Al margen de cargar con el problema de la Juve, particularmente sobrellevaba otro. Su amigo Gianluca Pessoto, 35 años, está entre la vida y la muerte, en un hospital, tras un intento de suicidio. De hecho, "Alex" hizo un vuelo relámpago a Turín para visitarlo, cuando algunos como Buffon confesaban que era casi imposible jugar al fútbol con un amigo luchando por su vida. "Esto es para tí, Gianluca", gritó antes de marcharse del campo de juego Del Piero. Lippi, de 58 años, también tuvo que manejar otro tipo de inconvenientes para armar su sólida escuadra. Al principio, lo limitaron las lesiones de Gianluca Zambrotta y Gennaro Gattuso, luego una lesión muscular del central titular Alessandro Nesta, quien fue reemplazado por Marco Materazzi, quien a su vez fue expulsado y debió ser sustituido por el menos experimentado Andrea Barzagli. Su mediocampo se minó con la expulsión de Daniele De Rossi, po un codazo al estadounidense Brian McBride en partido de la primera ronda y recibió una suspensión de cuatro partidos. Recién podrá volver para la final de Berlín. Asimismo, la máxima estrella Francesco Totti llegó sin roce futbolístico por una fractura en una pierna que lo alejó de los campos de juego hasta poco antes del inicio de Alemania. Ante todos esos inconvenientes, nada importó para Italia, que mostró fuerza y valentía para llegar por sexta vez a una final del Mundial. |