Jacquet es el héroe que guió desde el banco a 'les bleus' al triunfo en su Mundial en casa en 1998. Con el acceso de ayer a la final, Domenech ya superó a Albert Batteux, Michel Hidalgo y Henri Michel, que cayeron en las semifinales de 1958, 1982 y 1986, respectivamente. El paralelismo con Jacquet no se acabaría con el eventual título, porque como el hombre que lo llevó al cargo, Domenech tuvo que superar numerosas críticas para triunfar. Primero porque la opinión pública prefería a nombres como Laurent Blanc o Didier Deschamps como entrenadores, y segundo porque las muchas dudas antes del Mundial hicieron a sus críticos pedir incluso su cabeza. Los resultados le dieron la razón. Ahora Domenech disfruta de ello y le gusta incluso bromear. Con un enorme repertorio de ironías, el técnico, de 54 años, espera entonar la última frase sarcástica el domingo tras la final ante Italia. "El equipo sabe ser solidario, cuando hay que jugar se juega, pero cuando hay que defender se defiende. Todo el mundo se sacrifica. Lo mejor son sus ganas de luchar", comentó Domenech sobre su selección finalista. El entrenador aún no reveló qué es lo que piensa hacer tras el Mundial, pero sugirió: "Me iré de vacaciones a partir del 1 de agosto". |