La metamorfosis está a punto de completarse. El gris comienzo de Francia en la Copa del Mundo se transformó en una dulce y luminosa realidad. L'equipe tricolore, como un calco de la Eurocopa 2000, le ganó a Portugal por 1 a 0 con un gol de penal de Zidane, y estará el domingo en la final de Berlín ante Italia. La remembranza de aquel certamen europeo, en donde Francia salió campeón, le sienta bien a 'les blues', ya que en aquella final enfrentaron también a los italianos, a los que superaron por 2-1. En un primer tiempo marcado por los cautelosos sistemas adoptados por Luiz Felipe Scolari y Raymond Domenech (ambos entrenadores pusieron un sólo hombre de ataque), Portugal amagó con sacar alguna diferencia en el juego. Deco y Figo tuvieron bastante contacto con el balón, y lograron ponerlo en campo francés , pero la falta de una referencia de área de peso determinó que la única vía para crear peligro sobre el arco de Barthez fueran los tiros de media distancia. Francia, por su parte, fue un equipo lento y previsible, que en los primeros momentos no tuvo la influencia de Zinedine Zidane en la creación del juego ni Henry en la zona de definición. El 0 a 0 reflejaba lo que ambas selecciones habían mostrado en el campo de juego. Pero a los 32 minutos Ricardo Carvalho se equivocó feo al enganchar a Henry para cometerle penal. Zidane, quien no tomó más de dos pasos de carrera, metió un derechazo bajo y esquinado, que superó la estirada de Ricardo, para transformarse en gol y establecer el 1 a 0. A partir de entonces Francia levantó un poco, gracias a Zidane, y Portugal, que ya no tuvo la influencia de Deco y Figo en el medio y sólo se quedó con las corridas de Cristiano Ronaldo, se desdibujó bastante. Las modificaciones que ensayó 'Felipao' en el complemento no lo ayudaron. El ingreso de Simao para acompañar a Deco, dejando a Ronaldo como referente de punta, no dio resultados. Francia fue más práctico, 'Zizou' puso la pelota bajo su suela, se apoyó en la verticalidad de Ribery y en el despliegue defensivo de Makelele y Thuram. Portugal, que hacia 19 partidos que no perdía, dispuso de una gran chance para empatar cuando Barthez no consiguió retener un remate de Ronaldo. La pelota le cayó a Figo, pero el capitán, solo frente al arco, cabeceó desviado. La emoción y la tensión se apoderaron de final, como para tratar de ocultar que el encuentro fue discreto. Francia soportó las últimas cargas desesperadas de sus adversarios y pasó a la final porque supo pegar en el momento justo. |