Un nuevo escándalo amenaza con explotar en cercanías de la AFA y provocar otro cimbronazo en la gestión del polémico Julio Grondona. Ayer, el diario español "El País" publicó un reportaje que tituló "Un banquillo (banco) en entredicho". Allí denunció que la renuncia de José Pekerman "es la consecuencia directa de un negocio extraño" y millonario entre el pope afista y un magnate ruso del petróleo. La nota del prestigioso diario español, que firma el periodista Diego Torres, apunta los cañones contra Grondona, el conglomerado ruso Renova (que abarca petroleras, compañías dedicadas a la industria pesada, empresas químicas y mineras) y el intermediario argentino Guillermo Toffoni. Según la investigación periodística, la dimisión de Pekerman "es la consecuencia directa de un negocio extraño. Tan extraño que podría obligar al futuro técnico -Diego Maradona se ha ofrecido- a compartir hotel, vestuario y banquillo con un empresario ruso del petróleo". ¿Dónde comienza toda esta historia? Antes del Mundial. Es que el máximo dirigente de la AFA firmó "un contrato por el cual cedió los derechos de la selección argentina al conglomerado ruso Renova. Por medio del intermediario argentino Guillermo Toffoni, un empresario que actúa con autorización de la FIFA, Renova se reserva el derecho de organizar 24 partidos entre 2007 y 2010 a cambio de pagar 600.000 dólares por cada encuentro. El total asciende a unos diez millones de euros. No parece mucho, a tenor de las exigencias contractuales rusas". Hasta ahí todo camina sobre rieles. Pero (según una cercana fuente del cuerpo técnico) Pekerman comenzó a alarmarse cuando las exigencias del magnate ruso que preside la firma comenzaron a incrementarse. El técnico está convencido de que, a partir de 2007, el contrato firmado por la AFA permitirá a Víctor Vekselberg gozar de todos los beneficios que pidió. Beneficio estos que hoy sorprenden, como "dormir junto a la habitación del seleccionador en las concentraciones, presenciar en vivo y en directo las charlas tácticas, entrar y salir del vestuario con carta blanca y hasta sentarse en el banquillo". Grondona lo maneja todo en el fútbol argentino, desde los contratos televisivos hasta los representantes de los jugadores, pasando por lo que dice o dejan de decir algunos medios de comunicación. Luego de la eliminación a manos de Alemania, Pekerman se enfrentó con el mundo, con las cámaras de tevé de intermediarias, y le cerró las puertas a un ciclo de dos años al frente del seleccionado mayor, y posiblemente a casi doce años de servicio en la AFA. De acuerdo a "El país", José siguió los pasos de Bielsa (con un "mi ciclo se ha terminado") porque sus intereses chocaban con los de Grondona. Ahora todo hace pensar que el dirigente hará hasta lo imposible por convencerle para que revea la drástica decisión, sobre todo sabiendo que cuenta con la aprobación del hincha. Claro, se reunirán después del Mundial y cada uno interpondrá ideas e intereses. ¿El petróleo ruso habrá puesto fin a la relación?, como señala "El País". |