| El arquero italiano Gianluigi Buffon es la clave del "catenaccio", histórico sistema de juego defensivo de la "squadra azzurra" que utilizó en buena parte del Mundial, ya que recibió sólo un gol desde el inicio del torneo y encima lo anotó en contra uno de sus defensores. El arquero tuvo un excelente rendimiento contra República Checa; levantó una pared frente a Australia, en el partido de octavos de final en que su equipo jugó casi un tiempo con un jugador menos, y ratificó su momento con otro impecable trabajo ante Ucrania, con un par de intervenciones decisivas. El único balón que dejó traspasar su línea fue el que remató contra su arco Christian Zaccardo, en el 1 a 1 ante Estados Unidos, en la primera ronda. Para lograr este nivel, el arquero italiano parece no dejarse afectar por el escándalo de partidos arreglados en el "calcio", que lo tuvo como acusado por la justicia italiana al punto de citarlo a declarar. Se intenta determinar si Bu-ffon efectuó apuestas clandestinas sobre victorias de su equipo, Juventus, en casas de apuestas no habilitadas. Después de temer una desafectación a la selección italiana por estar mezclado en este escándalo, el arquero tuvo que abandonar momentáneamente la concentración "azzurra" para presentarse en los tribunales de Parma para dar su testimonio. Sin embargo, Buffon da la sensación de tener la cabeza clara y declaró que estaba ansioso por jugar para dejar atrás esa nube negra que persigue al calcio y algunos de sus futbolistas. La tranquilidad después de una primera ronda convincente para Buffon se rompió nuevamente esta semana al enterarse del intento de suicidio de su amigo y ex compañero Gianluca Pessotto, quien es dirigente de la Juventus y se encuentra en estado crítico. Buffon sacó una mentalidad moldeada en una familia de deportistas de alto rendimiento. Tiene una madre, Stella Masocco, campeona de lanzamiento de disco, y un tío, Lorenzo Buffon, quien también fue arquero de Italia en el pasado. "Gigi" comenzó su campaña de alto rendimiento desde muy joven, cuando debutó a los 17 años y nueve meses en la Serie A con el Parma, el 19 de noviembre de 1995, y fue protagonista del 0 a 0 contra el Milan. Su voluntad de hierro lo hizo volver al primer plano después de sufrir una luxación de hom-bro en el pasado verano, que se solucionó con una operación que lo alejó de los campos durante tres meses. Pero volvió, y ahora es la clave de la dura defensa italiana que parece muchas veces invulnerable. | 
