Eran muchas las expectativas que Julio Grondona se había creado con este seleccionado argentino. Imaginaba que estaban dadas las condiciones para repetir la corona de México 1986. En la conducción del equipo estaba el hombre que le permitió cubrir en 2004 la sorpresiva renuncia de Marcelo Bielsa y en el que confía ciegamente: Pekerman. La línea a seguir estaba fijada: espíritu de grupo, mucho trabajo y defensa de los intereses colectivos. Pero ayer Grondona sufrió dos duros golpes. La eliminación de Argentina y la renuncia de José. "No lo preveía (por el anuncio de Pekerman). José me pidió disculpas por no habérmelo dicho antes", expresó el dirigente. Grondona no dijo que buscaría hacerlo cambiar de opinión al DT, pero tampoco cerró las puertas. "No es momento para decidir nada. No hay nada cerrado. Más tranquilos, en Buenos Aires nos ocuparemos del tema". Tampoco habló de Maradona. |