Si algo queda más que claro es que José Pekerman tuvo un gran acierto y una enorme falla. Porque el DT leyó muy bien el partido en la previa y supo maniatar a la temible Alemania. Pero se equivocó a la hora de los cambios. Y lo pagó muy caro. El ahora ex entrenador sabía que el fuerte germano estaba en el doble 5 flexible que Klinsmann instala con Frings y Ballack, y en la dupla de ataque conformada por Podolski-Klose. Vio las cosas muy bien José, y le plantó una línea de tres en el fondo, con Coloccini y Heinze yendo sobre la marca y la categoría de Roberto Ayala garantizando seguridad a las espaldas. Entonces subió a Sorín a la mitad de la cancha, mandó a Maxi Rodríguez a cortar con su despliegue y velocidad las subidas del peligroso Lahm y colocó a Mascherano y González en la función de doble 5. Javier siempre unos pasos más atrás, patrullando la zona, y Lucho más cerca de la generación de juego. Le dio resultado el trabajo de pizarrón. Porque ese doble 'five' se tragó al medio alemán durante el primer tiempo y en el fondo no hubo sobresaltos. Pero Riquelme no puso zafar de la marca, y con Maxi Rodríguez contenido, la única carta ofensiva fue Carlitos Tevez. Un "Apache" que sabiendo la vulnerabilidad del lado derecha de la defensa alemana (llamada Arne Friedrich) se instaló en ese sector y a pura gambeta comprometió a todos. Pero Pekerman se equivocó cuando sacó a Riquelme y puso a Cambiasso. Porque le entregó el balón a los rústicos alemanes en vez de buscar una variante, sea para liquidar el juego o para dormirlo bajo de la suela. Con Román afuera quedó un medio para batallar, justo lo que mejor le calza a Alemania. El partido se trasladó al campo de Argentina, y la igualdad cayó desde un centro. Ya casi no quedaban variantes, porque con la entrada de Cruz se agotaron los cambios. Igual lo tuvo en el suplementario. Pero llegaron los penales, y el fin de la historia. |