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Jueves 29 de Junio de 2006
 
 
 
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  Cascarrabias
El técnico, irónico y arrogante, logró con Ucrania lo que nunca consiguió en la selección soviética.
 
 

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A veces malhumorado y ru-do, a veces irónico y arrogante, Oleg Blokhin no cosechó muchas simpatías en el Mundial de Alemania, aunque poco le importa, porque consiguió con Ucrania más que lo que nunca logró con la Unión Soviética.

"Es un entrenador especial", reconoció Andrei Voronin, quien estará ausente hoy en el partido más importante en la joven historia de la selección ucraniana, cuando busque ante Italia las semifinales del Mundial.

De su boca raramente sale una palabra agradable. Comenta en voz alta y con profusión de gestos los errores de sus jugadores, y responde a menudo con improperios a las preguntas de los periodistas.

Cuando intuye que una cu-estión tiene un matiz crítico, obliga a identificarse al reportero antes de contestar.

Por el cerco establecido por Blokhin, los medios ucranianos denominan al hotel de Potsdam donde se aloja el equipo como "el nuevo telón de acero".

Blokhin sólo aparece en las conferencias de prensa después de los partidos "porque la FIFA mi obliga".

Su desdén por aquello ajeno al equipo se manifiesta en todo momento. En Colonia sólo contestó a seis preguntas en ruso y quería dejar la sala en cinco minutos.

Los periodistas extranjeros explicaron que esperaban una traducción, el técnico contestó despectivamente "yo también".

El desprecio que muestra es total, porque Blokhin habla perfectamente alemán después de su paso por el fútbol austríaco, inglés y griego.

Ello le crea problemas al traductor, también es objeto de sus iras. "Traduzca sólo lo que yo hable", pidió más de vez.

Aunque los que lo conocen aseguran que ya no es tan ciclotímico como cuando era jugador, a Blokhin aún le gusta degradar a las personas que no aprecia y lo hace sin ocultarlo.

Aunque ya fue diputado en Ucrania militando en cinco partidos políticos diferentes desde 1998, la diplomacia nunca fue uno de los puntos fuertes del "General".

Pese a todas las muestras de su mal humor, el Blokhin que salga del Mundial podría ser uno diferente a los 53 años.

Por primera vez en años, el cascarrabias mostró sus emociones cuando su equipo le ganó por penales a Suiza en los octavos. Salió disparado hacia el vestuario, pero no llegó a tiempo para evitar que se vieran algunas lágrimas en sus ojos.

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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