| La mano cambiada de Joel Bats para atajar el penal de Sócrates y comenzar el camino a semifinales en México '86, la doble cabeza de Zinedine Zidane para comenzar el camino al título del mundo en Francia '98... Las dos últimas veces que Brasil se topó con Francia en su camino mundialista fueron dramáticas para la 'verdeamarelha'. En el '86, el penal que Zico mandó por encima del travesaño, a quince del final hubiera sido el 2-1 y, quizás, el principio de una historia muy distinta de la que fue, sin definición por penales. También en el '98 hubo un mal presagio cuando las misteriosas convulsiones de Ronaldo en el vestuario, minutos antes de salir a la cancha, eclipsaron a la joven estrella en los siguientes noventa minutos. En México, el empate en uno los obligó a patear penales. Bats le atajó a Sócrates, Julio César estrelló el suyo en el palo y Luis Fernández le dio a Francia el pase a semifinales. En Saint Denis, el doblete de Zidane y la corrida de Emanuel Petit postergaron el pentacampeonato brasileño. Mañana, en Frankfurt, la historia podría cambiar, o no... Antes como ahora, Brasil y Francia pusieron en cancha grandes equipos y antes como ahora, las claves están en el mediocampo, aunque esta vez con una diferencia notoria. Si en el '86 y en el '90, ese era lugar de la virtud propia, ahora es el de la marca y la destrucción de la virtud ajena. Con los años, Brasil fue endureciendo su mediocampo. Si en México, Alemao, Sócrates y Junior daban espectáculo; en Francia, Leonardo, César Sampaio y Dunga jugaron bastante menos bonito. La virtud se redujo sólo a uno: Rivaldo. Francia transitó el mismo camino. En el '86, Tiganá, Luis Fernández, Giresse y Platini, eran una cosa. Pero, Karembeu, Deschamps y Petit, en el '98, fueron bastante otra. Y como ocurrió en Brasil, la virtud francesa también se unificó, pero en Zinedine Zidane. Esta vez se trata de parejas de medios. En Brasil, Emerson y Zé Roberto; en Francia, Patrick Vieira y Claude Makelele. De lo que ellos sean capaces de quitar dependerá lo que Ronaldinho, Kaká y Zidane sean capaces de generar. (JM) |