| El 'cuadrado mágico' de Brasil, formado por Kaká, Ronaldinho, Ronaldo y Adriano, es esplendoroso en el papel, pero en el Mundial aún no funcionó como se imaginaba y no encuentra su lugar en el rectángulo verde, a pesar de las cuatro victorias. "El 'jogo bonito' ¿qué quiere decir? Si uno juega de forma bonita y pierde por 1-0, igualmente retorna a casa antes que los otros", responde Roberto Carlos cuando uno lo interroga sobre la relativa decepción generada por Brasil en el Mundial de Alemania. En los tres primeros partidos, se decía que Brasil vencía pero no convencía, y luego de derrotar a Ghana por 3-0 en los octavos puede decirse que convenció, pero no sedujo a nadie. Si en el papel la asociación de cuatro superastros parece una apuesta ofensiva y atractiva, en la cancha no ha dado los resultados esperados. Ronaldinho está a un abismo de su desempeño en el Barcelona, mientras que Ronaldo y Adriano no aciertan con su mejor colocación. Desde el inicio del Mundial, Ronaldinho optó por un papel 'políticamente correcto' en sus declaraciones. "Es un honor igual hacer un gol o dar un pase de gol", o "estoy contento de trabajar por el equipo", comentaba. Sin embargo, en el partido ante Ghana, la espectacular irritación de Ronaldinho en una clara jugada de gol en que Cafú no lo vio, solitario frente al arco vacío, habla mucho de su frustración. La clave para un cambio positivo es Robinho. Con él en campo, Brasil jugó mucho mejor, cuando ingresó por Ronaldo contra Japón, o por Adriano, contra Adriano, ante Croacia y Australia. Antes del partido ante Ghana, Ronaldinho reconoció que "en el Barça, Giuly y Eto'o se mueven mucho". En la selección tiene a su lado a Ronaldo y Adriano, dos que no se caracterizan especialmente por sus movimientos. Cuando están juntos, entonces... |