La carrera futbolística de Roberto Ayala no tiene grises. "Ayala out" fue un mensaje que recorrió el mundo, una estocada sufrida minutos antes del debut frente a Nigeria, en el mundial 2002. Ya había tenido una decepción mucho peor, cuatro años antes, cuando el señor frío de apellido Bergkamp lo pintó en colores en una de las últimas jugadas de cuartos de final y lo confinó al infierno. "Qué puedo hacer ante una genialidad", se defendió aquella vez. Esa parecía ser su Copa del Mundo. En Francia 98 jugó en un nivel superlativo, pero en un pestañear pasó a ser -junto al inefable del "Burrito" Ortega- responsable directo de la eliminación a manos de Holanda. Claro, fue el testigo VIP del "golón" a cargo del rubio delantero. Cuatro años después pisó suelo oriental por la revancha, pero se quedó en el vestuario y luego de Suecia debió dar consuelo a sus compañeros. Ocho años pasaron desde aquella experiencia, cuando vivió en carne propia eso de que el fútbol es la dinámica de lo impensado. El "Ratón" no sólo es el futbolista con mayor jerarquía que ha mostrado el seleccionado de Pekerman en el Mundial. También es el rostro rejuvenecido de una defensa que llegó a Alemania inmersa en una piscina de interrogantes y que ahora navega con viento a favor. Hay un dato que es rotundo: Ayala es el mejor zaguero del Mundial y posiblemente sea también el defensor más destacado. ¿Por qué? Porque la vida de Ayala no sabe de grises. Toda una contradicción para una alquimia de jugador, sobrio y de enorme talento, de presencia implacable sin necesidad de utilizar la violencia. Para todos, el "Ratón" "juega sobrado". Un tiempista, de los pocos zagueros que recorren la cancha de perfil, intuyendo los movimientos que harán propios y extraños. Un atleta, dueño del aire, amo del cielo. Su formidable capacidad de salto, con apenas 178 centímetros de altura, se debe a que la genética le aportó fibras rápidas y el pasado de infante muchas horas de básquet y voley. Fue figura en todos los partidos y hasta ahora no falló un minuto. Ya enterró los peores recuerdos debajo de actuaciones sensacionales, de exactos cruces, precisos pases, saltos antigravedad, coberturas salvadoras. Todo cambia en el otrora "Granero de mundo", pero el zaguero no es otro que Ayala. Un Ayala que cumple 13 años con la celeste y blanca, y que con 104 partidos en la selección se acerca al record de Simeone, con 106. Ojalá lo alcance en este Mundial. |