| Juan Román Riquelme siempre es polémica. Generalmente los talentosos lo son. Tienen defensores y detractores, por el simple hecho de llevar la carga de tener que marcar la diferencia. El "10" sabe que no está haciendo su Mundial, como el planeta futbolístico esperaba, y por eso mucha preocupación ronda su cabeza. Para José Pekerman el creativo del Villarreal es más que un incondicional; es la pieza en la que gira todo el andamiaje del seleccionado. Pekerman lo llamó a un costado ayer y le ofreció una charla a solas. No fue un reto, menos un reproche. El DT quiere levantarle la autoestima a su jugador fetiche, por eso le pidió mayor protagonismo para el partido del viernes y le expresó que tiene confianza en que su capacidad de conducción será determinante para intentar llegar a las semifinales. El entrenador tiene bien estudiada a la Alemania de Jürgen Klinsmann. Sabe que hasta aquí, con cuatro partidos jugados, los volantes germanos han dejado jugar bastante a sus adversario, y por eso para el DT la actuación de "Romy" tiene que ser decisiva. Deberá sacar varios puñales de su galera para lastimar el sistema defensivo de los locales. "Fue una charla de rutina, como la que José mantiene habitualmente con todos los jugadores. Pero la idea fue levantar el ánimo de Román y dejarle en claro que más allá de que contra México no anduvo del todo bien, todos confiamos a muerte en él", comentó una fuente cercana al cuerpo técnico argentino. "Sabemos que los centrales alemanes son un poco lentos y la idea es que Román meta pases en profundidad continuamente para los delanteros", agregó la misma voz. Hasta aquí lo de Riquelme ha sido irregular. Jugó su mejor partido, como todo el equipo, frente a Serbia y Montenegro pero se espera mucho más de él. Detrás de Abbondanzieri, Ayala y Mascherano -asistencia perfecta- es el que más minutos sumó, pero todavía no convence en su totalidad, sobre todo porque le falta ser más punzante; no hay que olvidar que metió sólo dos asistencias en la competencia, una de sus mayores virtudes. Además, aún el arco le es esquivo. Pero todo puede cambiar frente a Alemania. Puede ser su partido. Y hasta el mismo Jürgen Klinsmann lo sabe. | 
