Los "azzurri" sufrieron a las puertas de su "cuartel general" los insultos de seguidores al no salir del hotel a saludarlos. Sus responsables quisieron atenuar el problema, pero el caso de los insultos de los "tifosi" se convirtió ayer en la polémica del día en el equipo nacional italiano. La crítica sólo fue recogida por el diario turinés "La Stampa" y la agencia EFE, ya que sus dos enviados eran los únicos cuando se registraron las frases subidas de tono de los seguidores, una hora y media después de la entrada de los jugadores al hotel. La polémica llegada fue tema excluyente del primer entrenamiento del equipo en territorio alemán y la conferencia de prensa del técnico Marcello Lippi. Los periodistas intentaron saber por qué los jugadores no saludaron a los cerca de un millar de aficionados que les recibieron, cuando, estimaron, que sería conveniente un "operativo simpatía" después de los escándalos del "calcio". Lippi señaló que "yo no sentí los insultos". Otros miembros de la delegación italiana confirmaron la "importancia" que tienen los aficionados, algo remarcado por el capitán Fabio Cannavaro. En un intento de mejorar la situación, se inició ayer el "operativo simpatía" para darse algún que otro baño de multitud ante los seguidores. |