España aterrizó en Dortmund, donde se acercaron 200 personas, casi todas alemanas. Después, se dirigió hacia Kamen, a unos 20 kilómetros, donde fue agasajado por un cóctel de bienvenida, aceptado con resignación y profesionalidad por parte de los ojerosos jugadores españoles. La recepción oficial se organizó en el castillo de Opherdicke, un símbolo de la región y un lugar por el que pasan las personalidades que visitan la ciudad. El equipo apenas realizó una práctica y a partir de hoy se espera que comience una rutina con entrenamientos matinales, con ocasionales sesiones vespertinas. Por lo pronto, España ya sabe que se encontrará en Kamen con respeto, tímido entusiasmo y silencio, mucho silencio. Un desembarco muy frío. |