La selección francesa llegó hoy a Alemania con la tristeza de los jugadores reflejada en sus rostros, tras dejar en una cama de hospital a su compañero Djibril Cissé, que quedó definitivamente marginado del Mundial. Con rostros sombríos, los jugadores encabezados por el entrenador Raymond Domenech, tuvieron una sobria recepción por parte de hinchas franceses y funcionarios locales. Uno de los últimos en abandonar el avión fue Sidney Govou, quién ni siquiera tuvo tiempo de recibir el uniforme de la delegación. El 'look' informal contrastaba con el traje negro que usaban Zinedine Zidane, Thierry Henry y los otros jugadores. Govou, el reemplazante de Cissé, es un rápido delantero de 26 años que juega para el Lyon. Antes de viajar, el entrenador Domenech visitó a Cissé en el hospital. El atacante del Liverpool se fracturó la fractura de la tibia derecha en un choque con un jugador chino. Domenech dijo que la lesión dejó a Cissé fuera del Mundial, pero declinó dar detalles de lo ocurrido al jugador. La Federación Francesa también rehusó dar detalles de la lesión. "Todos están desolados'', dijo el técnico. "Está en el hospital, pero no soy doctor y no conozco la naturaleza exacta de su lesión". Cissé fue operado la misma noche el miércoles en la noche, dijo el portavoz de la selección francesa Yann Le Guillard. A primera hora de ayer, Cissé recibió una llamada telefónica de aliento de parte del presidente francés Jacques Chirac, quien acudió al partido en Saint-Ettiene. La lesión ocurrió a los 10 minutos del partido, cuando Cissé trataba de alcanzar una pelota y fue desequilibrado por un defensor rival. El jugador fue retirado de la cancha en camilla. "Fue terrible escuchar como Djibril gritaba", comentó el goleador Thierry Henry. "Perdemos un compañero de equipo y un amigo, pero es fuerte y se recuperará''. Cissé fue el goleador de Francia en las eliminatorias para el Mundial con cuatro tantos. Sydney Govou, aquí junto a Lilian Thuram, pisa suelo alemán. No hubo tiempo para ponerse el traje. |