Luego del descubrimiento de petróleo en Neuquén en 1918 la "cuenca neuquina" parecía extender su silencioso dominio negro cruzando el río Neuquén. Internándose en Río Negro mereció las andanzas geológicas del Dr. Anselmo Windhausen que antes de aquel año había trotado por Neuquén con similares propósitos, también el alemán Juan Keidel. Entonces no existía prospección satelital como en los últimos años, tampoco los "camiones vibradores" y otras técnicas que ubican a miles de metros de profundidad los mantos de petróleo y gas con precisión asombrosa. Keidel (1907 a 1908) había opinado que "Se sabe de numerosos manantiales de petróleo o alquitrán acompañan al borde la cordillera, desde el río Diamante hasta el río Limay".
Hubo una primera exploración hidrocarburífica en la zona de Villa Regina por 1956/57. Cuadros de piquillines, jarillas y alpatacos acompañaron a los ypefianos buscadores de la riqueza negra sin novedad, y luego el equipo se trasladó a Peñas Blancas, con el recuerdo de Bibiana García, la catrielera que diera nombre a la colonia que por entonces mostraba alrededor de 500 habitantes, llegando luego a cerca de 16.000 en la plena actividad.
Llegaría para Catriel una vivencia inesperada. Construcciones móviles, casillas de madera se montaron en la zona a perforar. Hombres de YPF llegaban desde Plaza Huincul -donde estaban sus familias y también solteros- con veintiún días seguidos de trabajo por tres de descanso y ocho horas diarias. El traslado se hacía en automotores de la empresa estatal o en taxis. La vida petrolera en pleno desierto tenía sus matices de entretenimiento en los naipes, el fútbol y algo de pesca y caza, amen de copas en el almacén. Es en Peñas Blancas donde "al final de la columna sedimentaria se encuentran arenas impregnadas de petróleo, pero tenían agua".
Para la segunda perforación hay cambio de lugar: "La nueva perforación se decide en Catriel Oeste 1, (pozo Rco X2) como a 22 kilómetros de ese rumbo... En uno de esos ensayos apareció gas, importante cantidad, alrededor de 70.000 metros cúbicos por día. Quince o veinte días antes de terminar el pozo, al retirar el ´Packer´ (herramienta de ensayo) vienen dos tiros de sondeo con petróleo... y la certeza de que habíamos descubierto un yacimiento, y aunque no sabíamos la magnitud del mismo, se produjo una gran algarabía", nos comentaba hace unos años un ypefiano de entonces. Ello ocurrió el 20 de noviembre de 1959 que ya acumula medio siglo y el mismo actor agregaría: "Después tuvimos idea de la importancia del yacimiento, porque era otro borde de la cuenca neuquina" y así Catriel Oeste 1 se constituyó "en el nacimiento del petróleo rionegrino". El Catriel 2 también arrojó buenos resultados.
Años en que desde Plaza Huincul llegaba a la pista de la vecina pampeana 25 de Mayo el avión con los pilotos Carlos Castagat, Freyre o Jones trasladando ingenieros, técnicos y algo muy importante: el pagador. Los equipos de geofísica con el ingeniero Gatti a la cabeza acompañaban al equipo humano perforador que se esmeraba en cumplir con el objetivo, pese a los viejos elementos con que contaban de más de veinte años, hasta que aparecieron los de orígen italiano adquiridos durante el gobierno de Frondizi por 1960 y el panorama comenzó a cambiar.
En los últimos años la seguridad del personal y el cuidado del medio ambiente se han incorporado como materias primordiales en las labores petroleras mundiales, principalmente por exigencias de gobiernos y comunidades y en Río Negro están presentes los trámites para exploración y explotación en la zona de Ñirihuau, cercana a San Carlos de Bariloche, donde desde hace años las manifestaciones del oro negro están casi a flor de tierra. En lo relacionado con seguridad, recordamos aquel accidente -posiblemente el primero- ocurrido en Catriel "...durante la perforación alumbradora, de Horacio Cides, enganchador, a raíz de un fuerte golpe con llave de sondeo. Conmoción cerebral y fractura de cadera. Cuatro horas de lucha por su vida. Lo llevamos a Plaza Huincul en una Estanciera con bolsas de aserrín como colchón. Se salvó", recordaría el mismo informante citado anteriormente.
Río Negro fue incorporando nombres y lugares con nuevas exploraciones y explotaciones, enriquecimiento geográfico de lugares que no figuraban topográficamente y que petróleo y gas colocaron en la superficie, comunicados con huellas de servicio, algunos fueron: El Medanito, Señal Picada, Medianera, Estancia Vieja, Puesto Zúñiga, Angostura Norte, Puesto Morales, Rinconada, Las Lagunas en el yacimiento Jagüel de los Machos, Entre Lomas, Banderita Este y Oeste, Charco Bayo, Piedras Blancas, Los Ramblones, El Santiagueño, General Roca, El Quemado, Valle Verde, Meseta Alta y otros.
Bibliografía y fuentes principales. Mosconi, E. El petróleo argentino, 1958. Oreja, PF. ¿De quién es, 1988 y El Petróleo (RN), 1989. Sábato, A. Petróleo, 1974. Windhausen, A. Estudios geológicos, 1922. Villa, RR.Por los caminos, 2007. Pérez Morando, H. Con polvo de caminos, RN, 1992, Petróleo, RN, 2008 y De los toldos, RN, 2007. Ludueña, F. Historia, 1993. Varios. Río Negro, Pasado y presente, 1980. Otaño, RJ. Aporte oral, 1992. Archivo diario Río Negro (GR), Biblioteca Patagónica (VECh) y otros.
HÉCTOR PÉREZ MORANDO
(*) Periodista. Investigador de historia patagónica