El ex secretario de Energía durante el gobierno de la Alianza, Emilio Apud, advirtió que la situación energética del país está "muy en el límite" y que es fundamental garantizar marcos regulatorios y jurídicos estables para fomentar la inversión en el sector.
El entrevistado fue también asesor en temas energéticos de la campaña presidencial de Ricardo López Murphy. Este fue el diálogo con Río Negro.
-¿Cuál es la situación actual del mercado petrolero argentino?
-El mercado local ha sufrido, al igual que toda la actividad económica en lo que va de este siglo, una profunda descapitalización que se acentuó a partir de 2002 con la devaluación, pesificación asimétrica y falta de precios de referencia para el up stream y down stream.
Las reservas, que son el capital de la industria petrolera, se redujeron en ese período en más de 25%. La exploración medida en pozos exploratorios se redujo de 120 anuales hacia fines de los 90 a 12 en 2008.
Lo llamativo es que cuando se perforaban esos 120 pozos al año el precio del barril internacional era del orden de los 20 dólares mientras que en 2007 trepó arriba de los 145 dólares.
Es decir que la causa de la merma exploratoria no hay que buscarla en el precio sino en los costos, las retenciones -a 145 dólares el barril, las retenciones, que son móviles y mucho mas elevadas que las del campo, eran de más del 70%- y en los marcos regulatorios en la cadena de agregado de valor.
La producción también se ha estancado por la maduración de los yacimientos sobre explotados en este período y es de prever que a partir de 2010 el saldo de la balanza comercial petrolera sea negativo, es decir volvemos a salir del autoabastecimiento.
La matriz energética
-¿Qué panorama se puede observar con respecto al mercado de gas?
-En el caso del gas la situación es más grave aún. La matriz energética argentina se abastece en casi el 90% con hidrocarburos, de los cuales el 52% es gas natural. Es el segundo país del mundo con esa proporción en el consumo total.
En los últimos 10 años, las reservas se redujeron a la mitad quedando un horizonte para su agotamiento, al actual consumo, de menos de 8 años. Aquí también se produjo una sobre explotación para atender la demanda y con costos cada vez más elevados por la declinación de la productividad de esos pozos y por el incremento de los costos locales. Mientras, el precio al petrolero en boca de pozo se mantuvo congelado y por debajo de 2 dólares de MBTU (millones de BTU, British Thermal Units).
El resultado fue que la producción en esas condiciones no alcanzó para los compromisos de exportación ni para el mercado interno y se tuvo que recurrir desde hace tres años a importar GNL (gas natural licuado) a través de buques especiales y una planta transportable de regasificación amarrada en Bahía Blanca, además de las inseguras importaciones de Bolivia quien rara vez logra cumplir con sus compromisos.
De mantenerse estos criterios y la falta de contratos y marcos regulatorios adecuados, seguirá un abastecimiento con importaciones crecientes del combustible que más utilizamos, pero que no exploramos y explotamos mal.
Inversión
-¿Cuáles son las condiciones que se tendrían que dar para que el país pueda volver a tener una exploración y explotación de hidrocarburos en expansión?
-Lograr que el sector privado invierta más en todos los segmentos de la industria. Para ello es necesario, entre otros aspectos: restablecer una relación más racional con los valores internacionales; garantizar la estabilidad tributaria; restablecer marcos regulatorios adecuados, y contar con seguridad jurídica e institucional.
Todo esto en el marco de una política de Estado que permita mantener esas premisas y condiciones independientes del gobierno de turno ya que las decisiones en este sector son para resultados en plazos que superan ampliamente los presidenciales. Como puede apreciarse hay que actuar sobre distorsiones acumuladas muchas de las cuales que trascienden al sector petrolero.
-¿Por qué han progresado notablemente en materia de hidrocarburos otros países de la región como Brasil?
-Porque no tenía petróleo y estableció una política de Estado hace más de 30 años consistente en buscar dónde podría haber, aunque a costos elevados y tecnologías complejas, en el mar. Esa perseverancia a lo largo de gobiernos y del tiempo dio sus frutos.
Además fue adecuando la estructura empresaria y de negocios de la Petrobras, inicialmente estatal, a otra que hoy tiene más de la mitad de sus acciones cotizando en la bolsa internacional y cuenta con sistemas de asociación con empresas privadas que facilitan el esquema financiero y técnico de los proyectos off shore, existentes y los descubiertos.
-¿Qué se debería hacer con Enarsa, tal como está hoy?
-Mire, aquí no hay vuelta. Hay que eliminarla.