Roberto Raúl Villa es geólogo con una sólida formación pero él mismo se define también como "petrolero" y así es que decidió plasmar una buena parte de su vida en el libro "Por los caminos del petróleo". Entonces, relató lo que ha sido su paso por todas las cuencas petrolíferas del país, con la intención de dejar registrado un cúmulo de vivencias que pueden ser compartidas, con más o menos matices, por los hombres y mujeres que trabajan en la industria.
Roberto Raúl Villa quiso también presentar esta obra en Huincul, porque aquí trabajó pero porque fundamentalmente es el lugar donde nació. En el libro afirma que "ser argentino, neuquino y petrolero fue un regalo divino, que siempre agradezco. Mis padres fueron a la Patagonia en busca de sus propios sueños. Espero los hayan encontrado".
En las primeras páginas de su trabajo comenta que nació "cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial. El mundo entraba en la paz pero con los cambios geopolíticos y económicos que llegaron a todos los rincones del mismo". Relata que "vi la luz en un campamento petrolero, como se los denominaba a las poblaciones que fueron creciendo alrededor de los pozos de petróleo, en Plaza Huincul. Esta es la narración autobiográfica de alguien que fue producto de ese ambiente por muchos años y que puede contar de primera fuente, lo acontecido durante varias décadas en el desarrollo de esa industria desde cuando era un monopolio estatal".
Fue en el propio complejo Huincul, de Repsol YPF que Villa quiso dar sus primeras impresiones sobre el origen de este libro. Entonces se remontó a su infancia y de cómo de a poco empezó a familiarizarse con la geología. "Aquí alcancé a ver las lajas de las veredas, con los fósiles. Y siempre me preguntaba: ¿esto qué será? Con un montón de interrogantes me acerqué a la geología pero además porque estaba rodeado de gente petrolera", dijo.
"Cuando empecé a estudiar Geología, y aprendí que esos caracolitos que veíamos en las lajas de las veredas, tenían entre 65 a 150 millones de años. Cuando nosotros humanos no llegamos ni a los 90", explicó.
Al responder por qué escribió el libro admitió que "nunca me puse en el papel de escritor. Yo escribía propuestas de pozos, como geólogo: eso era una cosa muy diferente. Teníamos que hacerlo porque había que venderle a los que iban a aceptar perforar el pozo y que tenían que poner entre 4, 5, o 50 millones de dólares para sacar petróleo. Todo el mundo se asusta pero uno lo tiene que convencer y por ahí no da petróleo y uno queda solo. Entonces hay que volver a escribir, otra vez. Por eso hago esto, porque sé que hubo algo y que normalmente es bastante en el sentido que el homenaje a los pioneros que de una u otra manera dejó su vida en todo esto".
Y fueron los propios amigos quienes lo impulsaron a escribir "algo" de la vida petrolera porque cuando se iniciaba la ronda de las charlas surgían anécdotas e historias. "Me acordé por ejemplo cuando veníamos a la refinería a pedir 'mercurio' y me daban 'mercurio' y yo jugaba con el 'mercurio' y tal es así que el anillo de oro chiquito que me habían regalado se lo comió el mercurio, por supuesto", relató ante un auditorio que no pudo contener la risa, sin dejar de imaginar lo que debió haber sido aquella situación.
"La cuestión es que un día empecé a escribir y a contar cosas, primero la infancia porque había que iniciarlo en el lugar donde nací. Acá (por Plaza Huincul) se descubrió el petróleo porque se buscaba petróleo. El país en esa época pensaba en un crecimiento y contrataron geólogos italianos que empezaron a recorrerlo y buscar petróleo".
"Con un sólo pozo alguien dijo que perforen y sacaron petróleo. Está muy relacionado al grupo de gente a los operarios, a los técnicos, a los ingenieros, a los geólogos a todos ese mundo de gente que vive en los campamentos y que fueron generando este tipo de transformación. El origen de los campamentos era todo estatal, netamente estatal, las casas, la iglesia, el hospital, las escuelas, el prostíbulo", describe este vecino de Huincul en un relato entusiasmado, tan necesario para darle un rostro humano a la historia petrolera.             

DEJAR SU TESTIMONIO ESCRITO

 "Todo tipo de situaciones narro en mi libro; traté de resumir todo lo vivido como petrolero –lo que soy– y que voy a seguir siendo –seguramente–", considera Raúl Villa.
Y por esta razón no puede dejar de lado cómo fue vivido el proceso de privatización de la estatal YPF. "Es otra de la cosas que nos golpeó más a los ypefianos: la transformación de YPF, porque acá (por Huincul) fue uno de los lugares donde más empezó a sentirse. Fue una etapa muy dura, desde adentro de YPF, que luego con el tiempo fuimos poniendo en la balanza y uno ve que una empresa privada era más beneficiosa que el Estado", resume, con una afirmación que da para el debate y la polémica.
Enseguida explica que "se la criticaba a YPF porque daba pérdidas, pero nadie decía que YPF debía darle combustible gratis a Vialidad, a Ferrocarriles, a Aerolíneas Argentinas. No tenemos conciencia qué era un derroche de energía".
"De todo esto hablo en el libro", agrega. La idea es dejar el testimonio escrito de la vida cotidiana y de los avatares laborales que los "petroleros" enfrentan.
Otra de las situaciones son las que se dan con "los sindicalistas que son otro grupo social de poder con los   que también hay que saber llevarse".

TIPS

* La primera empresa privada argentina con continuidad que operó en el país fue ASTRA, que en 1922 arrancó con el nombre de Sindicato Petrolero Astra, en la época de Alvear, y llegó hasta 1998 cuando la absorvió Repsol YPF.
* Ahora hay en el país 53 empresas operadoras y productora de petróleo y gas; también otras muchas pequeñas empresas que concentran su actividad en exploración y refinación.
* La actividad de refinación está concentrada en siete empresas: YPF, Shell, Petrobras, Esso, Refinor, Rhasa y Dapsa.