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Jueves 13 de Diciembre de 2007
 
 
 
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  Entre mitos y mentiras
Desde las últimas décadas del siglo XIX se conocía la existencia de combustibles en el suelo patagónico.  Por ello, tras una política de exploración mineralógica del subsuelo nacional se descubre petróleo en 1907.
 
 

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"... cual Comodoro, buscando agua encontró petróleo, pero se murió de sed...", cantaba Facundo Cabral a principios de los '70, haciéndose eco de la historia oficial de la ciudad "Capital Nacional del Petróleo". Pero, aquel 13 de diciembre de 1907 no era solamente agua lo que se anhelaba, sino que realmente se estaba explorando la cuenca del golfo San Jorge en búsqueda de hidrocarburos. El mito fundacional del petróleo vendría a encubrir, así, el enfrentamiento entre dos modelos de país: el nacionalista industrial y el liberal agrícola-exportador.

CUENTA LA HISTORIA...
 
Los orígenes de Comodoro Rivadavia se remontan a fines del siglo XIX, cuando el gobierno nacional buscaba consolidar el Estado nacional y, para ello, dedicó ingentes esfuerzos a la exploración y colonización de los territorios despoblados, como las selvas del norte argentino y la árida Patagonia.
Chubut era una gobernación nacional cuando su primer responsable, coronel Luis Fontana, resuelve explorar la región. En 1885 llega hasta la cordillera de los Andes al mando de los Rifleros, en su mayoría galeses voluntarios que ya se encontraban colonizando el valle del río Chubut, al noreste del Chubut. Después se dirigieron hacia el oeste y hallaron el actual Río Senguer y los lagos Colhué Huapi y Múster. Allí los galeses vieron una zona propicia para la explotación agrícola y ganadera.
En Rawson, sede de la gobernación, se firmó sobre fines del siglo XIX la resolución del Superior Gobierno que cedía tierras a los colonos que se radiquen en la región de los lagos. A raíz de ello, llegan “varias familias galesas que enteradas de la disposición del gobierno creando una colonia agrícola-pastoril en la región, viajan en su mayoría siguiendo el curso del río Chico para ocupar lotes de tierra”.
El problema era la salida al mar, distante 160 km al este. Tenían que encontrar un lugar para la construcción de un puerto que les permitiera comercializar sus productos. El más cercano estaba a 300 km al noreste, después de recorrer un sendero ensortijado y agreste. Fontana continuó su exploración con esa premisa: un puerto para los colonos.
Después de recorrer la zona costera de la rada Tilly, el fondeadero elegido se señaló a 10 km al norte, al pie del cerro Chenque, el más alto de la costa. Con lo informes llevados Buenos Aires comenzaron los aprestos del futuro puerto. Mientras tanto, en los lagos, la colonia Ideal crecía día a día.
Francisco Pietrobelli, un italiano explorador y comerciante, en 1900 emplazó un primer galpón en la zona costera, con la ayuda de otros carreros y asistencia de un barco llegado desde Buenos Aires con víveres y materiales. A partir de allí se trazaron caminos hacia distintos puntos del territorio, se construyó el tendido telegráfico y llegaron más colonos, sobre todo inmigrantes extranjeros. El 23 de febrero de 1901, el vicepresidente en ejercicio de la presidencia, Quirno Costa, firmó el decreto que fundaba el pueblo de Comodoro Martín Rivadavia, nombre elegido en honor del ministro de marina recientemente fallecido.
Las razones para la viabilidad de esta fundación son varias. Una, la ya mencionada necesidad de tener un puerto para comerciar la producción agropecuaria de la colonia Ideal y otros valles cordilleranos. Otra, similar, la comercialización de lanas del ganado ovino perteneciente a terratenientes con domicilio en Buenos Aires.
Tampoco se puede olvidar el lema de Alberdi “gobernar es poblar”, seguido por la dirigencia política nacional en su afán de consolidar el estado nacional. En este marco, no es desdeñable el dato de que el presidente de la nación era, en ese entonces, el general Julio Argentino Roca, comandante de la Campaña del Desierto, que arrebató los vastos territorios patagónicos de manos de los aborígenes que poblaban la región –en su mayoría tehuelches, mapuches y araucanos–.
En cuanto al aspecto geopolítico, cabe mencionar que el puerto se encontraba en el punto más cercano entre los océanos Atlántico y Pacífico, es decir, cercano a Chile, país con el que se mantenían varias disputas limítrofes. Era importante, pues, contar con un puerto por donde desembarcar rápidamente tropas en caso de conflicto.
Finalmente, es dable inferir el conocimiento de las reservas petrolíferas de la región.

EL PROBLEMA DEL AGUA

El desierto patagónico, que ocupa la mayor parte de la región y se extiende hasta las orillas del mar, resultó un grave problema para mantener a Comodoro como puerto o como ciudad. La escasez de agua era abrumadora. Los manantiales naturales abastecían a Comodoro, pero resultaban insuficientes para calmar la sed de la población.
Por ello, en 1903 la Dirección de Minas, Geología e Hidrología de la Nación mandó a Comodoro una máquina perforadora que, tras alcanzar estérilmente los 172 m. de profundidad, se dio por vencida. En 1906 desembarcó en la ciudad una nueva máquina para hallar agua, un equipo Fauck traído de Alemania por iniciativa de Julio Krause, jefe de la Dirección de Minas de la Nación. Se ubicó la perforadora a unos tres kilómetros al norte del cerro Chenque, como indicaron los estudios de suelo realizados previamente. En marzo de 1907 comenzó a perforar.
Entre los trabajadores estaban José Fuchs (Fucks, en realidad) y Humberto Beghín, ambos técnicos venidos de Alemania. Pasaron varios meses de infructuosos intentos. Se llegó a los 500 metros bajo tierra, pero el agua no brotaba. Krause dio orden de pasar el límite de la máquina. El 12 de diciembre de 1907 comenzó a salir un líquido aceitoso, burbujeante, con olor a kerosene. El 13, cuando se alcanzaron los 540 metros de profundidad, se confirmó la existencia de combustibles. Había nacido la Capital Nacional del Petróleo.

 

   
ADRIÁN EDUARDO DUPLATT
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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