Darío Damonte es optimista. Las nevadas de los últimos días de octubre cambiaron el panorama: hay más agua y la temporada está garantizada. La paradoja es que en el arranque de los días de pesca, ese nivel de altura no permite disfrutar de las mejores condiciones para la pesca.
Pero hay otro motivo para la alegría: crece cada vez más el número pescadores con mosca, una disciplina, señala, mucho menos dañina para las truchas.
"Unos años atrás cada 20 pescadores veías apenas unos cinco mosqueros. Ahora esa relación se invirtió", cuenta. Y explica: "Influye mucho que los costos bajaron. Hoy podés salir bien equipado con unos 350 pesos. En los años 90´ eran carísimos, pero ahora los chinos los hacen más baratos. Y buenos".
Damonte es guía de pesca en San Martín de los Andes y Junín de los Andes, una espectacular zona para la actividad que recibe a numerosos visitantes del exterior.
"Les encanta este sitio donde las truchas son salvajes. En sus países las siembran el día anterior a abrir la temporada y ni pelean", describe.
Y explica que la temporada se extiende hasta el 1º de mayo en los ríos y lagos en jurisdicción de Parques Nacionales y hasta el 31 de mayo en las áreas bajo la órbita de la provincia. En la gran mayoría de los ríos bajo control provincial, como el Collón Cura o el Aluminé, sólo se puede pescar con mosca y con devolución obligatoria.
Para el guía, si los ríos están altos, es aconsejable para los que hacen sus primeras experiencias empezar por los lagos, como el pequeño Filo Hua Hum o el Queñi, que no se pueden navegar a motor.
Hay quienes prueban suerte desde la costa, pero es más aconsejable hacerlo desde un bote o un belly boat, un flotador personal impulsado por las patas de rana del ocupante.
Para los de nivel intermedio, el lago Machónico es una muy buena opción, señala Darío. Y comenta que en el río Filo Hua Hum Oeste, dependiendo de su caudal, alberga muy buenas truchas marrones, que requieren algo más de técnica para capturarlas.
Diferencias
"Como en todo río, cuando el calor o la sequía lo va dejando sin agua, la pesca se hace más complicada porque la trucha es mucho más selectiva. En las correntadas, hambrienta luego del desove, es más fácil y el pique es agresivo".
Precisamente por ese estado de cierta debilidad que presenta la trucha, Damonte aconseja devolverla siempre en el pos desove o desove tardío, aún cuando en los lagos se puede capturar un ejemplar.
"Ahora los ríos están muy altos, inclusive algunos están de color marrón tipo el Collon Cura, lo mejor es la pesca en los lagos como el Filo Hua Hum o el Tromen. Todos los lagos de la zona están muy bien. Si paran las lluvias y las nevadas los ríos se pondrán bien en los próximos 15 días", comenta el guía.
Mientras los ríos permanezcan así, se hace difícil el vadeo y es recomendable intentar suerte embarcado. De enero a marzo, con mucha menos agua, son fáciles de vadear, explica Damonte. "En los pozones la trucha observa, se frena y vuelve. Por eso digo que es más selectiva", agrega.
Durante esta etapa es tiempo de pescar con mosca seca que imita a los insectos, un pique emocionante para los pescadores. En abril y mayo, con las lluvias, los ríos presentan un aspecto parecido al del comienzo de la temporada. Y como las truchas marrones desovan en otoño, migran de lagos a ríos. El pique vuelve a ser agresivo.
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