Desde aguas abajo de la represa Pichi Picún Leufú hasta la desembocadura en el lago Exequiel Ramos Mejía son 85 kilómetros navegables, que pueden variar según los brazos que se aborden. En la Argentina ya es visto como un buen lugar de pesca y se ganó su fama, aunque el grado de conocimiento en mercados fuertes como el de los Estados Unidos aún es incipiente.
En el Limay Medio la devolución es obligatoria y el nivel del agua depende de la erogación de los tres complejos hidroeléctricos de la zona: a mayor demanda de energía, más caudal.
"Esto provoca variaciones bruscas en el nivel -señala el guía Mariano Srur-. Conviene no confiarse: armar el campamento buscando altura y evitar tomar riesgos en el vadeo midiendo el caudal con un palo. No es broma: puede subir unos 80 centímetros en una hora. Y si uno cruzó y quiere volver puede ser peligroso".
La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas emite partes semanales que resultan útiles, pero hay que estar alertas porque todo puede cambiar de un día a otro o incluso de la mañana a la tarde.
Con una vegetación de sauces cerca de la orilla y un paisaje semidesértico de alpatacos y jarillas a medida que se aleja de la costa, la zona ofrece dos cabeceras para alojarse: Piedra del Águila en un extremo y Picún Leufú en el otro, ambas localidades que ampliaron su oferta de comodidades y camas. Hay espacios de acampe libre en estancias que permiten el ingreso, aunque no cuentan con los servicios de un camping.
Srur está de acuerdo con el pedido de no vadear hasta el 15 de noviembre mientras las truchas arco iris terminan de desovar. El objetivo es evitar que los pescadores destruyan al pisar las camas de desove, en general ubicadas en sectores bajos entre pequeñas piedras.
Es precisamente en esos días de comienzo de temporada que hay buen pique de arco iris hambrientas luego del desove y el remonte. A partir de fines de noviembre, indica el guía, se puede pescar muy bien con mosca seca con imitaciones de caddis y "ninfear" con imitaciones de otros insectos. Sobre el fin de la temporada es el tiempo de las truchas marrones que remontan contra la corriente para desovar y el resto del año viven en el lago de El Chocón. Es normal obtener piezas de entre 2,5 y 3,5 kilos. Y excepcional de entre 7 y 8 kilos. "Qué diferencias hay entre el pique de una arco iris y una marrón? La arco iris salta, es acrobática. Y en esos movimientos gasta una energía que la cansa. La marrón, en cambio, es más inteligente, evita un excesivo gasto de energía y trata de enredar la línea", afirma el guía.
En cuanto a los mejores accesos, Srur menciona a Fortín Nogueira, Pantanito, Naupa Huen, Martínez y Tapia. Y se define como partidario de la pesca con mosca. "Es que siempre estás haciendo algo, como decía Mel Krieger, maestro de muchos en la zona", explica.
(Contacto: msrur@guiasmosqueros.com.ar