La economía del 2009 se caracterizó por un fuerte descenso de los niveles de actividad, de consumo y de empleo: cerró con una caída del Producto Bruto Interno del orden del 3 al 4%. Sin embargo, para este año se anticipa una recuperación superior al 3% y un mayor nivel inflacionario, que se podría ubicar entre 17 y 20%.
Durante el 2009 la economía recibió todo el golpe de efecto de la crisis internacional, con lo cual hubo una caída del 15 al 20% en las exportaciones, una recaudación impositiva que aumentó tan sólo el 12 al 13%, con un nivel del gasto público que creció anualmente más del 30% y con un superávit primario que no llegó al 1,5% del PBI.
Justamente, el 2009 será recordado como el año que marcó un punto de inflexión en el balance de las cuentas públicas bajo la gestión kirchnerista.
Un año en el que hubo medidas sumamente polémicas como la estatización de Aerolíneas Argentinas o lo último que se resolvió, la utilización de las reservas monetarias de libre disponibilidad para pasarlos a Tesorería.
Un 2009 en que a partir de mitad de año se generó una mayor expectativa por la designación de Amado Boudou como ministro de Economía en reemplazo de Carlos Fernández.
Y dentro de este contexto, los números del año no fueron muy alentadores, aunque se logró mantener relativamente estable el funcionamiento de la economía del país.
En los primeros números que comienzan a elaborarse se considera que la actividad económica en el 2009 va a mostrar un descenso del orden del dos al cuatro por ciento.
Paralelamente, el desempleo se considera que culminó en torno al 8%, la inflación real en una banda del 15 al 17% y una caída de la inversión en torno al 14%.
En el medio quedaron muchas cuestiones en el tintero sin poder concretarse o que el gobierno nacional no supo realizar. Tal es el tema del Indec, donde se formularon anuncios con bombos y platillos y finalmente quedó todo en la nada. Como también el anhelo de volver a los mercados de capitales antes de que finalizara el año y no ocurrió. Como tampoco hubo avances en las negociaciones con el Club de París y con el FMI y en el plano interno la relación cada vez más complicada con las entidades agropecuarias.
Sobre el nivel de actividad, Orlando Ferreres -economista- consideró que se empezó a observar hacia fin de año una mejora en la economía que se tradujo en un repunte del 0,6% en forma interanual.
"Consideramos que el sector agropecuario lideraría la recuperación tras haber sido uno de los más afectados tanto por la crisis internacional como por los factores climáticos", señaló.
Por su parte, el ex secretario de Hacienda, Manuel Solanet, resaltó que "el 2009 fue un año duro, muy malo, con diversos problemas a nivel de actividad, de empleo, a nivel fiscal" y estimó que el PBI caerá entre 4 y 5%.
Un 2010 más alentador
No obstante, diversos analistas se mostraron más confiados con respecto a la evolución de la economía en este 2010, especialmente porque coinciden en que hay de nuevo un cierto "viento de cola" que viene desde el exterior.
Así, el consultor y economista Aldo Abram resaltó que "para este año lo más importante es el escenario internacional". "Se puede observar un escenario internacional con mejora, volviendo a crecer, con lo cual eso va a jugar a favor de la Argentina, aunque habrá que tomar recaudos por el lado de la fuga de divisas y la presión sobre el tipo de cambio", apuntó también Abram.
El economista comentó que se aguarda un nivel de crecimiento para el 2010 del orden del 4%, aunque advirtió sobre los incrementos de precios.
"La inflación va a ser más alta, especialmente después de haberse adoptado esta medida con respecto a las reservas monetarias. Considero que la inflación estará en el orden del 17 al 18%", agregó el especialista.
Para la consultora María Castiglioni, este año mostrará un crecimiento económico en torno al tres por ciento.
"Hay factores que desde el exterior pueden jugar a favor de la Argentina, como la recuperación de Brasil y el incremento en el precio internacional de la soja, con fuerte impulso, además, del sector automotriz", afirmó Castiglioni.
La especialista coincidió en que habrá mejora de la actividad, pero con incrementos más importantes en los precios, lo que podría originar para esta especialista, una inflación del 17%.
"Hay muchos temas que deberían resolverse en forma urgente, como el ajuste de las tarifas, la situación fiscal, y principalmente, la crisis de muchas provincias, que están realizando amagues de emisión de cuasimonedas", agregó Castiglioni.
Todos los analistas señalaron al unísono también que son muy importantes los desafíos que tiene el gobierno por delante, como la estabilidad de precios, la conflictividad gremial, las dificultades para realizar colocaciones en el mercado, la normalización de la deuda y la situación fiscal, especialmente en las provincias.
Pese a los leves síntomas de recuperación, el informe estimó un cierre del 2009 con una reducción de la actividad en torno al 4,5%".
El relevamiento destacó que la mayoría de los sectores verificó en noviembre una variación interanual positiva, excepto los rubros de electricidad, gas y agua (-1,1%); comercio (-1,1%) y producción manufacturera (-0,8%).
El informe detalló que el sector agropecuario exhibió en noviembre el mayor incremento interanual, con un alza del 8,9%, impulsada por mejores cosechas que las previstas, una reducida base de comparación en noviembre del 2008 y, a su vez, un aumento interanual en el nivel de faena vacuna.
De todas formas, el agro también verificó en once meses la peor baja entre todos los sectores al acumular una caída de 13,7% anual.
LA SOJA QUE SIEMPRE PROMETE
La producción nacional de soja de la campaña 2009/10 se encamina a superar los 50 millones de toneladas, según proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario.
En esta campaña, el factor de mayor preponderancia en el incremento de la superficie sembrada con soja será la reducción del área maicera en la zona núcleo conformada por las provincias de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos, como también en Chaco y Santiago del Estero.
Del mismo modo se produjo un traspaso hacia el cultivo de soja, aunque de menor magnitud en valores absolutos, donde no pudo concretarse la siembra de girasol o se perdieron lotes a causa de la sequía. Esto se dio en las regiones del norte de Santa Fe y sur del Chaco, y algunas áreas de la provincia de Buenos Aires, donde también fue menor la superficie implantada.
El análisis destacó que el valor estimado de superficie sembrada es de 18,7 millones de hectáreas. Con respecto al rendimiento medio nacional, desde la Bolsa de Rosario estimaron que rondará los 27,5 quintales por hectárea y aclararon que para enfocar la proyección de rindes se trabajó partiendo de la tendencia de las últimas campañas excluyendo la del golpeado ciclo 2008/09.
Los sindicatos vuelven a la carga
Las negociaciones salariales, el poco margen de crecimiento de la capacidad instalada de las industrias y la política fiscal y monetaria empujarán a la inflación en este 2010, concluyó un análisis de la consultora Abeceb. Según el informe de la empresa que conduce el ex secretario de Industria Dante Sica, "en los últimos días la inflación volvió a ser noticia a la par de las proyecciones que indican que los precios volverían a acelerarse en 2010". Destacó que "la discusión no es para nada infundada, ya que todos los indicadores de la tendencia inflacionaria señalan una variación del nivel de precios que se aceleraría en la segunda mitad de este año".
"Tanto por la acción del sector público en el mercado, como por los indicadores de costos y expectativas, todo parece señalar que volveremos a ser víctimas de uno de los problemas más persistentes a lo largo de la historia económica argentina", advirtió Abeceb.
Puntualizó que en primer lugar, la política económica, que desempeñó un papel crucial durante 2007 en el incremento de los precios "volverá a tener importancia en materia inflacionaria". Al respecto, subrayó que con una merma en la dolarización de fondo, el BCRA podrá inyectar pesos en la economía y brindar al mercado toda la liquidez requerida, por lo que "los agregados monetarios volverían a convalidar tasas de inflación de dos dígitos".
Por otro lado, destacó que la política fiscal y, en particular, el gasto público "sostendrán las tasas elevadas de expansión que mantuvieron hasta ahora". "Se espera que el gasto mantenga niveles de crecimiento por encima de los dos dígitos", estimó el análisis. Si bien evaluó que el valor del tipo de cambio "no interferirá de ninguna manera en materia inflacionaria", remarcó que "los costos laborales sí volverán a presionar en 2010". En ese sentido, afirmó que luego de que los salarios mostrasen una desaceleración del ritmo de crecimiento a causa de la crisis internacional y la situación endeble del mercado laboral, "se espera que los sindicatos vuelvan a la carga y reclamen aumentos en torno de 20 por ciento".
"Con un margen acotado de crecimiento para la capacidad instalada y una política monetaria y fiscal totalmente avocadas a retroalimentar la recuperación económica, está claro que la evolución de la demanda interna, tarde o temprano volverá levantar polvareda en materia inflacionaria", concluyó el informe. Subrayó que "la incógnita es cuál será la postura del Gobierno frente a esta creciente problemática inflacionaria".
LA INDUSTRIA NACIONAL, CON EL DRAMA DE SIEMPRE
Los rubros más afectados en el 2009 (automotriz, maquinaria agrícola y metales básicos) tendrán un impulso mayor en este 2010 al que se observará en rubros que sufrieron menos la crisis el año pasado. Sin embargo, la industria nacional tendrá que lidiar con los mismos problemas de siempre. Esta es la apreciación de distintas consultoras al pronosticar cómo será este 2010.
Dentro de las señales positivas está el alza de la demanda externa, en particular de Brasil y China que impulsan a los sectores exportadores. Entre ellos al sector automotriz que dirige el 90% de sus ventas externas totales al mercado brasileño. Además, esa mejora propicia una producción mayor de metales básicos, por la mayor demanda de la industria y la construcción en los países desarrollados.
A ello se suman la mejoría en las perspectivas del consumo local, gracias a expectativas de los consumidores que comienzan a recuperarse lentamente y a un mercado laboral que no destruyó tantos puestos de trabajo como en otras crisis (el desempleo creció un 2,3% mientras que en el '95 y '02 aumentó más de 6%) y que hoy se encuentra más estable.
Sin embargo, con esta recuperación también reaparecen viejos fantasmas, en particular la cuestión de la competitividad. En 2010 se tenderá a un nivel de producción similar al 2008, pero el freno inversor y la falta de políticas productivas de largo plazo traen dificultades. El ratio de inversiones respecto al PBI, que en los últimos años se ubicaba por arriba del 22,5% (lo cual no era suficiente) y en el primer semestre de 2009 no superó el 20%.
Por lo tanto, insisten, alcanzar los niveles de producción de 2008 implica volver también a la utilización de capacidad instalada de ese año, precisamente por esa falta de inversión. En 2008 ya había sectores que estaban al máximo de sus posibilidades, como es el caso de las industrias de refinación de petróleo y metálicas básicas, que superaban ambas el 95% de uso de su capacidad.
El escaso margen para aumentar la producción ante un incremento en la demanda generaba en ese entonces una presión adicional en el nivel de precios. Ese escenario podría regresar.
En síntesis, la expansión de la demanda externa y de la actividad local alentará la producción industrial en 2010, aunque será probable una realidad dual a lo largo del año.
P0R FERNANDO NOLÉ