El diálogo con Lavagna, en la oficina que el entrevistado tiene en el centro porteño se desarrolló a mediados de diciembre con la polémica al rojo vivo sobre la ley anticrisis que incluía el blanqueo de capitales.
- ¿Hay un peligro cierto sobre "lavado de dinero" incluido en el proyecto de moratoria impositiva?
- Más que temor me he manifestado de manera opuesta mucho antes que saliera ese proyecto. Los riesgos de un blanqueo de capitales son enormes. Hay que hacer al revés, tratar que no siga saliendo dinero del país, en lugar de permitir que entre otro de origen dudoso.
Hay dos datos fundamentales -porque la gente que puede vota con los pies y la billetera-: En 2006 empezaron a salir alrededor de 3000 millones de dólares; en 2007 fueron 8800, y en 2008 unos 16.500; entonces, en un país donde hace tres años salen capitales ya largamente por más de 25.000 millones, algo está pasando.
El otro dato es la emigración con un pico que en 2001/2 fue de 100.000 argentinos por año, a partir de allí descendió fuertemente a unas 12.000 personas en 2005, pero al año siguiente otra vez empezó a ascender y estamos en el orden de las 35.000 personas. Esos datos que no aparecen en la discusión son significativos porque son capitales que se van lo que implica menos empleo, mientras sale gente con un nivel de formación superior al promedio que es la que mejor se ubica en el exterior.
- De manera que es una prueba de fuego para los actores políticos.
- Me gustaría que hubiera una reacción tan fuerte (contra ese proyecto) de modo que no prospere. Trabajo en ese sentido, para que se entienda la gravedad que esto puede tener.
- Aún si la ley se aprueba se duda acerca de si los capitales vendrán al país.
- Me preocupa menos si no vienen, el blanqueo de dinero en el mundo es anualmente de entre 500.000 y 800.000 millones de dólares por año proveniente de todas las actividades ilegales, fundamentalmente la droga. El primer ministro de Economía extranjero que habló con el secretario de Tesoro Norteamericano, John Snow, apenas lo nombraron, fuÍ yo. Una de las primeras cosas que tratamos (con Snow), porque él sacó el tema, fue la cuestión del lavado de dinero; me comprometí -y cumplimos hasta ese momento- en que la Argentina iba a adoptar las normas más estrictas en la materia y eso en su momento al país le fue bien reconocido.
- ¿Se explica entonces que EE.UU. haya puesto la lupa sobre la iniciativa del blanqueo?
- Lógicamente porque ese compromiso se empezó a "tirar a la basura" en 2006, cuando a mediados de ese año el gobierno (de Néstor Kirchner) mandó al Congreso un proyecto de ley por el cual transformó a la Unidad de Información Financiera (organismo de control) de cuerpo colegiado en unipersonal nombrado por el presidente. Fue la primera anormalidad en torno al cumplimiento de las normas, que ahora evidentemente es mucho más grave.