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Miércoles 02 de Enero de 2008
 
 
 
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  Con las espaldas cubiertas por su marido

Cerebral, vengativa, militante y disciplinada, Cristina Lidera la segunda parte del proyecto "K".

 
 

No hay duda de que el 10 de diciembre pasado se inició la segunda etapa (de vaya a saber cuántas) de la era K, con la asunción de Cristina Fernández. El enroque resguarda aspectos esenciales de un proyecto marital -civil y político- que lleva más de 34 años. Las pocas modificaciones en los equipos de hombres -pese a que el jefe de gabinete Alberto Fernández confía en que con el correr del año podría haber un "ajuste" que saque del gabinete a su oponente interno Julio De Vido -, abren interrogantes sobre los postulados a mejorar. En el discurso inaugural ante la Asamblea Legislativa, la Presidenta puso el acento en temas de relaciones exteriores, salud y educación, prometió mejorar las instituciones e impulsar una reforma judicial.

La luna de miel duró lo que el paso de una estrella fugaz. A los dos días, ya había estallado el pleito con Estados Unidos, por las endiabladas derivaciones judiciales de los 800 mil dólares descubiertos en la valija del empresario venezolano Antonini Wilson, a quien, en agosto, en plena campaña electoral, se le permitió subir en un avión contratado por la empresa estatal Enarsa y después se lo dejó abandonar tranquilamente Buenos Aires.

Pingüino y pingüina se ven como pares, no obstante lo cual, abiertas todas las posibilidades que de alguna forma burlarían los propósitos restrictivos de quienes reformaron la Constitución en 1994 (ella podría ir por la reelección, él retornar), el ciudadano común se pregunta si la hasta ahora "alumna" Cristina podrá superar al "maestro" Néstor. ¿Lo igualará? ¿No podrá aventajarlo?

Tienen la virtud de encerrar las disputas domésticas en cuatro paredes. Hacia fuera actúan en forma coordinada. Jamás se han permitido que se filtre algo más de lo que ellos han querido. Lo básico es que están en el mismo barco. A Cristina se la define como una "militante disciplinada", "un cuadrazo" que todavía "no puso la cuarta" para lograr una navegación crucero.

Se vio en el proceso electoral. Néstor trabajó como un obrero desde el llano para el triunfo de Cristina. Luego del 10 de diciembre salió a defenderla con fiereza contra los Estados Unidos y a moderar los ímpetus del líder cegetista Hugo Moyano, quien amenazó "pasarse a la vereda de enfrente". Empero, no pudo evitar desbordes piqueteros, protestas anárquicas de delegados de base y sospechosos hechos de violencia, como la muerte por envenenamiento del temible represor Héctor Febres, un prefecto al que apodaban "Selva" porque decían que en él estaban todos los animales juntos.

El cometido de Néstor Kirchner, desde el llano, será el armado de una estructura con eje en el peronismo, permeable al acceso de otras fuerzas, aunque uno de los llamados radicales K se sinceró ante "Río Negro": como buenos pájaros patagónicos - dijo - cuando algo no les gusta te congelan. Y eso sucede a menudo.

El objetivo: mantener el poder, ese objeto del disfrute para el peronismo. Eso sí, cada uno en su papel. Cuando a ella le tocó estar en el Congreso, fue la defensora más tenaz de los asuntos urticantes y de los proyectos más sensibles. Se preservó en algunos casos: en la ley de emergencia, a la que le quitó el cuerpo y de la que ahora se aprovechará para disciplinar a las empresas que manejan los servicios públicos o para llevar adelante las negociaciones con el Club de París, uno de los acreedores que sigue golpeando la puerta de la Argentina.

Hay una anécdota que pinta de cuerpo entero a los tórtolos. Cuando Eduardo Duhalde asumió el mando, en el turbulento 2002, le ofreció en la Capital Federal a Kirchner la jefatura de gabinete. Este conocía el rechazo de su cónyuge, que se encontraba en Santa Cruz

"Observá como la hago engranar", le comentó a un amigo y levantó el teléfono para comunicarse con el sur. "Voy a aceptar, Cristina", le comunicó. Tras un silencio incómodo, desde el otro lado de la línea, ella blandió una maza guerrera: "Si aceptás te armo una línea en contra en la provincia de Buenos Aires". Néstor estalló en una carcajada y enseguida le explicó que había rechazado el convite de quien luego combatiría hasta apartar del primer plano para, entre otras cosas, despojarse del mote de "chirolita".

Kirchner protege, valora y cuida a Cristina. Ojo con tocarla, recita trastocando la letra de una canción del desaparecido Pappo. Los temperamentos son distintos, pero se terminan entendiendo y cuando actúan lo hacen en el mismo sentido.

En la Rosada, Olivos o El Calafate, ella se muestra "volcánica". Tiene chispa y buen humor y fluyen de su boca malas palabras para calificar a las personas. Kirchner, quien se comporta a veces como un chiquilín, es más reflexivo en la intimidad.

Otra de las características de la ex primera dama es "anotar todo". Nada se le pasa y en la primera oportunidad se la cobra. Es decir, es vengativa y poco dispuesta a perdonar. Conceptualmente es más cerrada y cuando opina mal de alguien es muy difícil hacerla retroceder.

Lectora empedernida, se levanta temprano para leer los diarios de adelante para atrás y de atrás para adelante. Subraya con un marcador lo que aviva su atención. "Es capaz de llamarte a las 7 de la mañana y decirte: ´leíste lo que publicó....en la página 34?" Si alguien cree que revisará su relación con la prensa se equivoca. Ella tiene una opinión más negativa que él del periodismo argentino.

Un gobernador de la región cuyana, que la conoce mucho porque trabajaron codo a codo en el Senado, la describe de esta manera: "Siempre va para adelante. En algunos aspectos es más arriesgada que él. Es inteligente y sabe lo que quiere". Sin embargo, un radical K todavía en la "ventanilla para cobrar" sus servicios electorales, acota: "El era un tren bala y pensábamos que en cualquier momento se estrellaba. Esperamos que ella baje un poco la velocidad".

El peronista cuyano revela que Cristina tenía un reproche constante hacia Néstor: "Sos muy gastador". Los Kirchner levantaron un altar al superávit fiscal y comercial. Eso hasta se lo reconocen los economistas liberales tan denostados por ellos. Ella se presenta como más dura con la "caja". Su meta es un superávit apenas inferior al 4 por ciento.

¿Y con el estilo, qué? La conducción de Kirchner, desconfiado al extremo, era radial. Rara vez se desprendía de sus colaboradores. Lo hacía cuando no tenía más remedio, como en los casos de Felisa Miceli y Claudio Uberti.

Cristina atiende lo que se le dice y delega. Estudia los escritos de sus colaboradores y los utiliza en sus propios discursos. "Eso nos valoriza", indica uno de ellos.

Otro "cristino" agrega: "A mí me ratificó porque leyó un informe que le pareció importante. ´Es lo que yo pienso, te quedás y te encargás de que salga' ", lo urgió.

Por supuesto, al solicitar consejos y delegar, transfiere responsabilidades. Sus ministros, por ello, van a quedar más expuestos y serán fusibles.

Siendo ella más racional y él más intuitivo, conformarán una conducción bicéfala con reparto de roles. El le cuidará las espaldas y estará más pendiente de las encuestas y de la reacción popular.

Las discusiones (de las que participan también Alberto Fernández y Carlos Zaninni) están siempre presentes. Cuando a Néstor le tocó estar al frente del Poder Ejecutivo, ponía reparos ante algunos bocetos de medidas, pero cuando se tomaba una decisión era la primera en acatarla. Es de presumir, que a partir de aquí ocurrirá exactamente lo inverso. Ella tendrá la última palabra y Néstor no hará nada en su contra.

Negocia duro, de acuerdo con su naturaleza, pero se toma muy a pecho las situaciones. Es diferente en este aspecto a Néstor, quien disfruta sobreactuando, para terminar amoldándose a la realidad, como buen pragmático peronista que es.

Si a Néstor le gustaba encerrarse en la Argentina, a Cristina le fascinan las luces del mundo. Con la piedra en el zapato que le puso la primera potencia internacional, se empeñará en no descuidar las relaciones externas. Le dará prioridad al Mercosur y al acuerdo con México de Felipe Calderón.

En el conflicto con Estados Unidos, se involucró directamente en una primera reacción. Pero se acordó que de ahora en más ella se abocará a tejer las grandes líneas y los asuntos concretos los manejarán sus ministros o el propio Kirchner. En el caso del "valijero" Antonini Wilson, el embajador Earl Anthony Wayne quedó constreñido a tratar con el canciller Jorge Taiana.

Por su labor parlamentaria y por contar con un despacho en la Rosada, Cristina conoce cada uno de los resortes del poder y sabe qué botón tocar para alcanzar un resultado.

Traspolada desde La Plata a Santa Cruz, supo adaptarse a las rigurosas condiciones climáticas de la Patagonia. Se adaptó a la convivencia y se convirtió en un componente más de la pingüinera. Sus pobladores visten frac y tiene aspecto de pájaro bobo. Son aves pacíficas que, según relata Eduardo Belgrano Rawson en su novela "Fueguía", no mostraban miedo y no parecían aguardar nada malo de los "loberos" que, palo en mano, eran los culpables de las matanzas de las grandes manadas afincadas en las roquerías e islas de Tierra del Fuego. Solamente eran intimidados por las orcas. Néstor pasó airoso la prueba en cuatro años y medio de gestión.

¿Sabrá Cristina distinguir dónde está el peligro por venir?

 

   
ARNALDO PAGANETTI
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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