Acaricia la foto del socialista Alfredo Bravo con devoción. El ex diputado fallecido y la fundadora del ARI, Elisa Carrió, siguen siendo sus referentes políticos, aunque con esta última mantenga actualmente ciertas diferencias sobre como construir una alternativa.
Fabiana Ríos figurará en los libros de historia como la primera gobernadora electa de la Argentina. Ella sabe del peso que encierra esa ruptura de género, en un país gobernado en los últimos 100 años por conservadores, militares, radicales y peronistas; y en el que la mujer hace apenas más de 50 años tiene derecho a votar.
Nació en Rosario, allí se recibió de farmacéutica y -como muchos argentinos- en la década de los 80 fue a probar suerte a la Patagonia. Tras trabajar en un laboratorio se fue involucrando en la política como delegada municipal
De 43 años y origen socialista, la primer arista con poder territorial desmiente a los que desde el análisis distante calificaron su triunfo como "sorpresivo", ya que con números en la mano demuestra que desde el 2001 la fuerza de Carrió fue creciendo en forma sostenida.
En el 2003 desplazó al PJ como segunda minoría, con el 32,5% de los votos. Hasta llegar, en el 2007, a ganar la segunda vuelta a candidata a gobernador frente al ex mandatario provincial kirhnerista, Hugo Cóccaro, quien quedó preso de una salvaje interna peronista.
- ¿Qué se siente ser la primera gobernadora electa?
- Una enorme responsabilidad. En la provincia, en lo institucional y también con respecto a lo genérico. Hay una mirada nacional de muchos sectores: se fijan qué es lo que va a pasar en Tierra del Fuego. Está claro que todos analizan cómo será la primer experiencia del ARI a nivel de gobierno, lo que significa un trascendente desafío para saber si podremos estar a la altura de las circunstancias para llevar nuestros principios a los hechos.
- ¿Favoreció su triunfo la interna salvaje del peronismo fueguino?
- Existieron varios componentes que se fueron su
mando y ayudaron todas. La interna entre los peronistas tuvo una incidencia negativa en la opinión publica local, y esto hizo además que se ponga luz sobre una práctica política agotada. A la vez es indudable el trabajo territorial del ARI , y esta manera de posicionarnos, junto con la no presencia del candidato oficialista en los debates, hizo que los fueguinos creyeran en nosotros. Los tiempos siempre los marcan los pueblos. En el 2001 teníamos una sola banca que dos años después se transformaron en tres. Cada uno de estos legisladores llevaron adelante una tarea que hizo que la gente prestara atención a otro modelo de hacer política.
- Su provincia es rica en recursos, pero en las últimas gestiones se dilapidó el dinero. ¿Sigue preguntándose qué hicieron con la plata?
- Sí. Ahora lo veo con la perspectiva de cambiar las cosas. Indudablemente es una provincia con muchas riquezas y un nivel de coparticipación importante en cuanto a su cantidad de habitantes. Esto no es un problema de personas sino de prácticas políticas. Durante muchos años se ha desarrollado un tipo de lógica de poder corrupta donde se permitió el saqueo sin sanciones.
- Cuando usted ganó comenzó a hablarse de cierta tensión con "Lilita" Carrió, que naturalmente pudo ver en su triunfo también una competencia por el liderazgo del ARI. ¿Hubo algo de esto?
- Tenemos una relación de cariño y respeto. Le reconozco su liderazgo. Es la referente política más importante que he tenido junto con Alfredo Bravo. Claro que hubo y hay discusiones con ella pero nunca se perdió el respeto.
- ¿Y en qué se diferencian?
- En los métodos y eso es sano. No tuvo que ver con el quiebre del bloque. Lamento muchísimo que esto haya sucedido. No coincidí con la decisión de estos legisladores que se fueron.
- ¿Usted se opone o no a una alianza con sectores de centro derecha?
- Sí, me opongo a una alianza con estos sectores, pero debió resguardarse el espacio parlamentario. En lo político sostengo que se debe ser orgánico y las diferencias plantearlas en las instancias correspondientes. Siempre hay tiempo de decir que no. No concuerdo con los que creen que los partidos son el eje sino que éstos son importantes en base a atender los problemas de la sociedad.
- ¿Hace Carrió una separación entre los honestos y deshonestos sin importar tanto el debate ideológico?
- El planteo pasa por otro lugar. Donde quiera estar Carrió es un problema de ella. Su liderazgo traspasa lo partidario. El ARI tiene claro en que posición ideológica está. Lo que debe definir es si está de acuerdo con ensanchar la base de sustentación con otras fuerzas políticas. Hay que discutirlo en el espacio partidario y no en el Parlamento.
- La cuestión es que el espacio que comparten se
gestó desde un fuerte personalismo...
- Si uno mira la totalidad de la historia de los partidos en Argentina, todos nacieron de un fuerte personalismo. Es cierto que nosotros tenemos un liderazgo que está por fuera de nuestro partido y un partido que le falta mucho para desarrollarse. Hay que poner en el centro de la cuestión los problemas de la sociedad.
- ¿No le parece que para la sociedad es abstracto hablar de un nuevo contrato moral o de la Coalición Cívica?
- Francamente, la gente conoce el nombre pero no muy bien el para qué. Los procesos que se dan en las elecciones son obligatorios y no tenemos una sociedad movilizada. El esclarecimiento sobre quiénes somos debemos pulirlo y explicarlo mejor. Lo que está claro es que no es un armado electoralista sino que es una estrategia de construcción política.
- Los radicales que acompañaron a Roberto Lavagna en las últimas elecciones manifestaron que se quieren acercar a la Coalición Cívica ¿apoya esta posibilidad?
-No conozco bien esta discusión. Me parece que está muy bien que cada uno exprese lo que sienta pero es el tiempo de ocuparnos primero de las responsabilidades que tenemos. Estoy a favor del diálogo plural pero deben respetarse los espacios de construcción distrital. El país no es algo homogéneo sino diverso. Sería una tontería pensar que de Jujuy a Tierra del Fuego hay una sola forma de construir una alternativa.
- ¿Por qué en los grandes centros urbanísticos se votó en contra de Cristina?
- Hubo fenómenos distritales. Carrió tiene una fuerte vinculación con el electorado de los grandes centros urbanos. En Córdoba ayudó la polémica por la elección sospechada en la que terminó perdiendo (Luis) Juez. Hablar de neo gorilismo es una simplificación. Nadie puede desconocer la profunda inserción que tiene el peronismo en las clases populares, lo que no quiere decir que siempre sus políticas los hayan beneficiado. Quieren hacer una barrera y decir acá están los populares y allí los gorilas. En realidad, en el voto hay siempre múltiples causas. Siempre con la panza llena el electorado puede ser más exigente.
- ¿Qué expectativa tiene con la presidenta?
- No la conozco personalmente. Sí tuve dos encuentros con ella para hablar de la situación provincial. Creo que va a tener una impronta de gobierno propia. Hay diferencias de estilos y de forma de gestionar con Néstor Kirchner. Ahora, el alineamiento general va a ser sostenido. Lo demuestra la continuidad de la mayoría del gabinete.
- ¿Eso es bueno o malo?
- Depende. La fortaleza es arrancar una gestión que ya viene funcionando y que le permite no pararse desde un lugar de desconocimiento de las cosas. Por otra parte, esto mismo puede ser su debilidad ya que si no es capaz de mirar los errores y corregirlos, esos fallidos con el tiempo se profundizan y se hacen crónicos. De todas maneras se abrió una posibilidad de cambio.
- ¿Qué cosas debería corregir como prioritarias?
- Políticas profundas de distribución de la riqueza. Debe priorizar la educación y la cultura. Hay que corregir los manejos de fondos públicos sin ningún tipo de control. También es necesario restablecer el diálogo institucional y reformar prácticas políticas.
- ¿No piensa que si Cristina no logra estos objetivos puede llegar a cerrarle la puerta a otras mujeres con ambición de gestionar?
- Seguro que se va a parar desde la defensa del género. No es el caso de Isabel Perón que llegó por una cuestión fortuita. El desafío lo tenemos todas las mujeres. Hay que poner en la agenda pública a las otras mujeres que siguen sufriendo discriminación. Hay sectores interesados en que fracase una mirada más humana de la política. Se abrió un camino que es muy difícil de cerrar: la presencia cada vez mas mayoritaria de las mujeres en los espacios públicos.
