"Fui alojado en una celda de la sala de tormentos que llevaba el número 13. Luego supe que estas celdas estaban numeradas del 11 al 15 y que el pasillo que conducía a las mismas había sido bautizado por los marinos con macabro humor como 'Avenida de la Felicidad', según rezaba un cartel en la pared". (Martín Gras, 1980). Este es uno de los tantos carteles que se pueden leer en el sótano del Casino de Oficiales, lugar al que eran llevados los detenidos recién ingresados a la Escuela Mecánica de la Armada (Esma) durante la última dictadura militar.
Desde el 1º de octubre el predio pertenece por completo a la Ciudad de Buenos Aires y ya no hay militares. Tras décadas de espera, ahora se debaten proyectos para el "Espacio para la Memoria y la promoción de los Derechos Humanos" aunque aún hay bastante incertidumbre y varias decisiones por tomar. "Queremos cumplir con lo que fue el Acta Acuerdo del 24 de marzo de 2004, que es un Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, haciendo hincapié en lo que son las violaciones de los derechos humanos en las distintas dictaduras que hubo. Queremos prever que esto tenga realmente la función de difusión y de instalación del tema en la sociedad. Los derechos sociales, que también vamos a trabajar y difundir, tienen su sede y difusión en otra área por el lado de sus distintas fundaciones y Ong's, como también institucionales en otra área de Gobierno (Salud, Trabajo, Educación, cada uno con su cartera). Acá hay que abocarse a que el conjunto
de la sociedad conozca qué pasa cuando se viola el Estado de Derecho y arriba una dictadura en un país", dice Judith Said, Coordinadora general del Archivo Nacional de la Memoria y representante del Gobierno Nacional en el Ente Público.
UN ARDUO CAMINO
Desde el Acta Acuerdo del 24 de marzo de 2004, la Comisión Bipartita, constituida por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Sub-Secretaría de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires, recibió varios proyectos y pedidos desde diferentes sectores. Asistida por una comisión Ad-Hoc integrada por Organismos de Derechos Humanos y ex detenidos-desaparecidos de la Esma, la Comisión Bipartita supervisó las tareas de desocupación y traspaso del predio, y se encargó de controlar el destino de cada edificio. Durante esta etapa se determinó que la Esma no esté abierta al público hasta que no estuviese el predio totalmente desocupado, lo que finalmente ocurrió el 30 de noviembre. Al realizarse la entrega de la Esma, cesa la Comisión Bipartita y nace el Ente Público para el funcionamiento de la Esma.
Se trata de un ente de derecho público interjurisdiccional, con autarquía administrativa y económico-financiera, autonomía y capacidad para dictar su propia reglamentación. Como autoridades, en el Ente habrá un representante del Gobierno Nacional, que será un miembro del Archivo Nacional de la Memoria (Judith Said); un representante del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que va a ser un miembro del Instituto Espacio para la Memoria; y un representante del Directorio, el cual será de 15 miembros y estará conformado por un representante de cada uno de los siguientes 14 organismos de Derechos Humanos: Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Asociación Madres de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo, Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Hijos por la identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS), Fundación Memoria
Histórica y Social, el Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos (MEDH), Buena Memoria, Hermanas. El décimo quinto miembro del Directorio será un representante elegido por el Consejo Asesor, que va a estar compuesto por ex Detenidos-Desaparecidos de la Esma. "Se le hizo una invitación a cada uno de los sobrevivientes para que formen parte del Consejo Asesor. Es muy pronto, pero de a poco van contestando y mostrando mucho interés", asegura Judith Said.
Entre otras tantas funciones que tendrá, el Ente deberá organizar y poner en marcha los emprendimientos culturales que están propuestos, y decidir el destino del resto de los edificios que aún no fueron adjudicados. "Lo central del Ente será resguardar que todo el predio de la Esma sea un Espacio para la Memoria y que las actividades propuestas tengan que ver con eso, sin que sea desvirtuado el objeto primero del Espacio para la Memoria", señala Judith Said.
PRÓXIMOS PASOS
Con el objetivo de preservación y de que nada sea alterado, se abrió un expediente para que la Esma sea declarado lugar histórico y para que el Casino de Oficiales, que funciona para visitas públicas, sea declarado monumento histórico, con lo cual no podrá alterarse nada de su interior ni exterior, algo que ahora tampoco se puede hacer ya que el juez Sergio Torres dispuso "no innovar".
Dentro de los proyectos que hay para este 2008, año que promete largos y duros debates sobre el destino de la Esma, es muy probable que algunos edificios comiencen a funcionar, como pueden ser La Casa de la Identidad (Abuelas de Plaza de Mayo), El Archivo Nacional de la Memoria y quizás el Instituto Internacional de Educación en Derecho Humanos de la UNESCO. "Hay mucho trabajo de acondicionamiento. Nos damos todo 2008 para poner en condiciones los edificios", dice Judith Said.
También es factible que se organice un concurso para que las universidades participen presentando sus proyectos y propuestas para el resto de los edificios que aún no fueron adjudicados. Aquí se potencia un debate y surgen diversas opiniones que podrían generar polémicas sobre lo que habría y lo que no habría que hacer, además del cómo debería ser.
El sociólogo Alejandro Kaufman, en su ensayo "Museo del Nunca Más" señala: "No es un museo sobre los 70, ni sobre sus causas, ni sobre las Malvinas, ni sobre Martínez de Hoz. No es un museo que necesite polemizar ni sostener un debate. Sólo debe mostrar y demostrar la naturaleza del dispositivo, de la mecánica del crimen (...). Hay que mostrar en forma irrefutable (...) qué fue la Esma, y cómo y qué sucedió en la Esma. (...) Tal museo no tiene como misión comprender ni enseñar sobre la historia, ni sobre la violencia, sino mostrar eso y nada más que eso que tuvo lugar allí".
Hay quienes dicen que Esma no debería tener otro destino que ser testimonio del terrorismo de estado y no debería haber allí ninguna institución estatal ni privada, considerando que ello podría vaciar de contenido al espacio.
La periodista Lila Pastoriza, ex detenida-desaparecida que sobrevivió a la Esma, escribió en julio de 2004: "Un espacio sobre el terrorismo de estado debe representar y trasmitir qué fue, en qué consistió y cómo se gestó ese fenómeno. Sobre la base precisamente del necesario y prolongado debate exigido por la multiplicidad de visiones sobre el período, se esbozan distintas propuestas. Se debe consignar la historia de la Esma como centro clandestino, la de sus "grupos de tareas", quienes eran los represores, y las especificidades de ese centro: el proyecto de Massera, la colaboración y la actitud de los prisioneros. El funcionamiento como centro de exterminio y de partos. Las prisioneras embarazadas. Que el visitante conozca y sienta lo allí ocurrido para que reflexione sobre cómo esto fue posible y de qué modo se puede evitar su reiteración".
POR JUAN IGNACIO PEREYRA 
