Durante el 2007 la evolución de la economía mostró signos considerablemente positivos: un crecimiento del orden del 8,2%, una baja muy importante del desempleo y un superávit fiscal primario del orden de 3,2% del Producto Bruto Interno.
No obstante, dejó, a la vez, una singular dosis de incertidumbre y preocupación con respecto al costo de vida, la crisis del INDEC, la situación energética, el aumento del gasto público, la puja salarial, la evolución de las inversiones y los incrementos tarifarios pendientes.
El datos más alentador del año pasado fue el crecimiento económico de la mano de una actividad industrial que aumentó en un nivel de siete por ciento promedio, con un auge notable del sector automotriz, que mostró una expansión en el 2007 del orden del 30%.
Conjuntamente se observó un crecimiento de las exportaciones cercano al 14% interanual, para totalizar alrededor de 54.000 millones de dólares.
A su vez, la recaudación impositiva llegó a superar los 190.000 millones de pesos, con una mejora del 33% con respecto al año anterior.
Además, por primera vez desde 1993 la tasa de desocupación volvió a un dígito, teniendo en cuenta el dato de 8,1% de desempleo en todo el país difundido para el tercer trimestre.
Todo esto dentro de un año electoral, en el que hubo tres ministros de Economía, empezando por Felisa Miceli que tuvo que renunciar en julio por el escándalo de una bolsa con dinero encontrada en el baño de su despacho, siguiendo por Miguel Peirano, el hombre de los industriales en el gobierno y culminando en este momento con Martín Lousteau al frente de la conducción de Hacienda.
El dato más negativo de los últimos meses fue sin
dudas la desaceleración del ritmo de inversiones, porque mientras en el 2006 la inversión crecía en forma interanual a un ritmo de 18 a 19%, en el cierre del 2007 la mejora ha bajado al 12,3% del Producto Bruto Interno.
Además, el hecho de haber sido el 2007 un año electoral abrió el panorama para que comenzaran a surgir ciertas fisuras dentro del actual esquema económico.
Pese a que los precios récord de los commodities han mostrado jugar con un gran viento a favor de Argentina, el gasto público se ha ido incrementando notablemente, a tal punto, que en el 2007 las partidas crecieron más del 35%.
Y más allá de la algarabía que envuelve a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al ex presidente Néstor Kirchner, está claro que la urgencia de algunos temas económicos no dan mucho margen para perder tiempo.
CONFLICTOS EN PUERTA
Ese fue el concepto abreviado que comentaron en las últimas horas algunos de los principales asesores del ministro Martín Lousteau, quien asumió con un conflicto en puertas.
El conflicto no es ni más ni menos que con el sector agropecuario, justamente el que representa la base de la economía argentina.
Las decisiones adoptadas con respecto a un aumento en las retenciones al sector lácteo están generando una bola de nieve de malestar entre los dirigentes agropecuarios.
Quizás falló el timming político del flamante ministro para evaluar una medida que tendría un alto costo justamente en el comienzo de su gestión.
Por lo que se sabe, las palabras que formuló el ministro en materia de retenciones cayeron muy mal entre los dirigentes agropecuarios, lo cual hace que se presente un frente de tormenta con un sector trascendente en el momento más inoportuno, justamente cuando se está iniciando una gestión de gobierno.
Pero este no es el único aspecto que domina la agenda de temas urgentes que tiene Martín Lousteau por delante.
Uno de los puntos más álgidos es la inflación que se sigue disparando y pese a la búsqueda constante por parte del Ejecutivo de "disfrazar las cifras", el costo de vida anual tiene una aumento que oscila entre el 17 y el 20% y diversos analistas advierten
que para 2008 el costo de vida tendrá un aumento piso del 21 al 22%.
Es más, la inflación en este momento comienza a ser el Talón de Aquiles del actual esquema económico. A tal punto que muchos analistas coinciden en que para este año el aumento del costo de vida superará el 20%.
Encima, está pendiente el aumento de las tarifas de los servicios públicos, una iniciativa que se ha venido postergando durante cuatro años y que ahora ya no queda margen.
Tal es así que ya se resolvió un incremento en el boleto de pasajeros a partir de este mes, algo que tendrá un fuerte impacto en el costo de vida del primer mes de este año.
Paralelamente, la agenda de Lousteau viene complicada por el lado gremial, ya que la CGT comenzó a presionar para lograr un aumento de salarios promedio para 2008 del orden del 30%.
"Este es un punto de atención muy fuerte, porque si empieza a observarse presiones salariales desmedidas, la espiral inflacionaria no la podrá parar nadie", agregó un asesor del equipo económico.
Pero además, Lousteau deberá buscar algún esquema de ajuste de las tarifas de los servicios públicos que evite impactar de lleno en la inflación, un aspecto sumamente difícil de lograr en este momento.
El punto neurálgico es cómo hará el gobierno para generar nuevamente confianza en las cifras oficiales y, además, superar la grave crisis que padece el INDEC.
Por lo pronto, en los últimos días parece que hubo algún avance con el desplazamiento de su cargo de la polémica directora de Índice de Precios del INDEC, Beatriz Paglieri.
No obstante, se confirmó que el flamante titular de la cartera económica deberá seguir "lidiando" con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
"Esa es toda una señal acerca que gran parte del manejo de la política económica no la va a tener Lousteau sino Moreno", reseñó una fuente de Casa de Gobierno.
Quizás esa señal es que Moreno va a tener un manejo bastante más amplio de los temas económicos de lo que realmente se piensa. Es más, tal vez por esa circunstancia es que se han elaborado proyecciones notablemente optimistas para este año.
Por ejemplo, una pauta de inflación de 7,7 por ciento, nivel de mejora de las exportaciones de 12% y una pauta de ingresos tributarios que contiene una mejora de 17%.
POR FERNANDO NOLÉ 
