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Martes 02 de Enero de 2007
 
 
 
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  BALANCE LEGISLATIVO
  ZONAS GRISES EN UN PODER QUE FUNCIONA COMO APENDICE DE “K”
EL CONGRESO RESPETO LOS DESEOS DEL GOBIERNO NACIONAL. FALTO DEBATE Y MAS TRABAJO EN
COMISIONES. LA CAMARA DE DIPUTADOS LOGRO MEJORAR LA CANTIDAD DE SESIONES PESE AL INTERNISMO PERONISTA.
 
 

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POR HORACIO CARIDE

Todo depende con el cristal político con que se mida. Si se le pregunta a un oficialista dirá que, pese a que muchas veces la actividad parlamentaria connota ser una escribanía del Poder Ejecutivo, en el Congreso se cumplió el objetivo de sancionar herramientas consideradas importantes para el funcionamiento de la administración central.
Por su lado, en los bloques opositores (recién en los últimos meses con cierta dinámica de cohesión interna) se sostiene que del año legislativo 2006 ha quedado un saldo negativo para las instituciones, ya que la mayoría aplastante peronista no permitió debate alguno sobre iniciativas tan polémicas como la reforma del Consejo de la Magistratura, los superpoderes y la prórroga de la emergencia económica.
Vayamos por partes. No todo es culpa de la hegemonía kirchnerista. Decepcionante fue también la performance de figuras que llegaron en las últimas elecciones legislativas precedidas de un peso específico propio y no pudieron, o no quisieron, distinguirse por sus proyectos o debates públicos en el recinto. Mas allá de las consideraciones sociales que despierten en la ciudadanía nombres como los de Carlos Menem (más de diez años consecutivos presidente), Mauricio Macri poco afecto al trabajo parlamentario, o Elisa Carrió, quien decidió resignar liderazgo en su banca para ocuparse a la campaña de 2007 reflexionando sobre problemáticas macro del país, no estuvieron a la altura de las expectativas suscitadas a su ingreso como legisladores .
Quizás sea pedir demasiado a ellos y al Congreso. ¿Cómo tener volumen político en los debates públicos del Congreso, cuando el país lejos está de haberse recuperado de la crisis de representatividad que explotó en el 2001 y dejó secuelas indelebles?

MALAS Y ALGUNAS BUENAS
“Río Negro” consultó para este anuario a distintos referentes del Congreso de la Nación y ongs para trazar un balance lo más equilibrado posible sobre lo que dejo el año parlamentario 2006.
Para el senador jujeño de la UCR, Gerardo Morales, el Congreso Nacional mantiene la fachada formal, con estrategias que impone el oficialismo, que “resienten a las instituciones”.
Morales cita, como ejemplo, algunos proyectos que el Poder Ejecutivo la da el carácter de “urgentes”, mientras que otros esperan la venia de la senadora por la provincia de Santa Cruz y primera dama, Cristina Fernández de Kirchner.
Además, argumentó que “la insistencia de mantener la emergencia económica un año más, para seguir manteniendo el clientelismo prebendario, es claramente vulnerar la calidad institucional del Parlamento”.
En tren de mecanismos de contralor, las críticas de la oposición se inclinan al malestar que genera la casi nula actividad de la Comisión Revisora de cuentas a cargo del diputado peronista, Oscar Lamberto, uno de los históricos dentro de la Cámara o la Comisión clave de Asuntos Constitucionales sólo convocada por su presidenta, Cristina K, cuando los planes de la Rosada lo exigieron.
Las reuniones de dicha comisión bicameral son prácticamente nulas y la mayoría oficialista hace que ninguna de las iniciativas opositoras prospere como la de auditar la entrega de subsidios especiales al gremio de camioneros de Hugo Moyano y al transporte.
En cuanto a Asuntos Constitucionales tuvo tan sólo siete reuniones en el 2006, las que abarcaron fundamentalmente tres objetivos básicos: reforma del Consejo de la Magistratura, reglamentación de la Comisión bicameral revisora los decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y la reducción de la Corte Suprema de nueve miembros a cinco.
Para la coordinadora del Programa de Transparencia de Cipec, Eugenia Braguinsky, lo preocupante es que el Congreso sufrió esta falta de trabajo en dichas comisiones en un año que no fue electoral, por lo cual “esto debería ser un llamado de atención para oficialistas y oposición sobre cómo se desprestigia la institución legislativa”.
Sobre la salida de la demorada Comisión Bicameral para revisar los DNU de Poder Ejecutivo, la representante del Cipec señaló que “si bien el texto normativo tiene importantes deficiencias, como permitir la aprobación ficta de los decretos, es positivo que los legisladores hayan saldado, con su conformación, una vieja deuda de la democracia”.
Por su parte, el presidente del bloque PRO de diputados, Jorge Vanossi, señaló que el 2006 fue “un año parlamentario para el olvido, ya que sólo se dio luz verde a los proyectos enviados por el Poder Ejecutivo”. “Aunque el oficialismo quiera hacer creer lo contrario, la oposición, presentó sólidas alternativas que fueron ignoradas sobre ley de amparo, Consejo de la Magistratura y ley de Educación”, consideró el constitucionalista.
Positivo fue que la Cámara Baja aumentó sensiblemente el número de sesiones ordinarias con respecto al año anterior en el que su actividad quedó empantanada por el fuerte internismo de las diferentes líneas peronistas.
De tan sólo 11 sesiones ordinarias en el 2005 se pasó en el 2006 a 31 sesiones, un promedio de casi tres sesiones por mes. No es óptimo pero en esto hay una franca mejoría, que sería positivo se complemente con mayor apego a la convocatoria de trabajo en comisiones.
Sólo trabajaron en forma rutinaria aquellas que motorizaron iniciativas que le interesaron sacar al P.E. Las demás brillaron por su ausencia. Los legisladores del interior, entre las inconvenientes de los vuelos de cabotaje y su poca dedicación al trabajo estuvieron mas días en sus provincias que en el Congreso de la Nación.
Negativo fue cerrar el 2006 con el auto aguinaldo disfrazado que se otorgaron los diputados, en base a más pasajes aéreos canjeables por dos mil pesos, que durante los dos últimos meses engrosaron sus dietas. El procedimiento además de polémico fue a espaldas a la sociedad.
La encargada de coordinar el bloque oficialista de diputados, la diputada Patricia Fadel, opinó por el contrario que “el balance de la tarea legislativa es sumamente positivo”, ya que consideró que se ha trabajado desde su bloque “con el convencimiento de los proyectos que necesita el país”.
Entre las iniciativas que destaca figuran el establecimiento del fondo hídrico de infraestructura específica al desarrollo de proyectos hídricos, la modificación del Art. 50 de la ley del impuesto al valor agregado sobre la compra de reactivos para la detección de combustibles adulterados, la modificación del Consejo de la Magistratura y el proyecto de reducción de número de integrantes de la Corte Suprema.
La diputada radical Cinthya Hernández reconoció como aspectos positivos el debate público sobre algunos temas como la movilidad de las jubilaciones, la seguridad ciudadana, la ley de educación y la ley de hidrocarburos.
Otros temas subrayados como alentadores fueron la ampliación de la licencia paterna a 15 días y el reconocimiento al mismo derecho a los padres adoptivos.
La rionegrina no duda en recalcar lo más negativo como “la profundización de un modelo presidencialista con una excesiva concentración de facultades por parte del ejecutivo nacional”.
A las huestes oficiales les queda el desafío, para el año que comienza, de hacer funcionar las dos Cámaras distinguiendo lo que es campaña política de responsabilidad institucional.
Por su lado, la oposición mostró, al final de 2006, intenciones de aglutinamiento al firmar dictámenes conjuntos en minoría, que pueden ser positivas si no terminan siendo simples estrategias coyunturales.

 

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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