POR EZEQUIEL FERNANDEZ MOORES
“Las computadoras –afirma el filósofo argentino Mario Bunge en su último libro “100 ideas– jamás podrán reemplazar a los cerebros”. Las computadoras –agrega Bunge– trabajan a reglamento. No tienen corazonadas, no dudan, no conciben proyectos. Tampoco evalúan la importancia de resultados”.
El deporte, sin embargo, parece contradecirlo. El 2006 cerró con la victoria 4-2 del programa Deep Fritz ante el campeón mundial de ajedrez, Vladimir Kramnik. No sorprendió el triunfo de una computadora si se tiene en cuenta que Deep Fritz podía calcular unas diez millones de jugadas por segundo. Lo que sí sorprendió fue que Deep Fritz tomara riesgos sacrificando un peón a cambio de la iniciativa o prefiriera una jugada preventiva en la defensa en vez de atacar, como parecían ordenarlo sus cálculos. Deep Fritz, afirmaron los especialistas, fue una computadora que dudó y proyectó. Casi igual que el cerebro humano, para pesar de Bunge.
¿Qué sorpresa podrá depararnos el mundo del deporte en 2007? El fútbol, más allá de los amantes del Play Station y de sus escándalos de corrupción y violencia , aún seguirá definiendo al menos parte de su disputa dentro de las canchas, como lo confirmó el triunfo de Estudiantes en el último Torneo Apertura. Por ello, la selección de Alfio Basile, después de su apresurado debut en 2006 para satisfacer los negocios de una empresa rusa, rendirá en 2007 sus primeras pruebas de fuego: la Copa América que se jugará en la Venezuela de Chávez del 26 de junio al 15 de julio y el inicio en setiembre de las eliminatorias del Mundial de Sudáfrica 2010.
La suerte de una selección que es pasión de todos pero negocio de unos pocos, influirá tal vez en otro hecho decisivo que jugará el fútbol argentino en 2007: las elecciones de la AFA en octubre. Una última gestión que garantizaba la permanencia de Julio Grondona hasta el año 2011 era un hecho. Pero el bochorno que vivió la pelota criolla en 2006 modificó el panorama. Y más aún podrá modificarlo el enfrentamiento de Grondona con el Grupo Clarín por el negocio de la TV. Será un octubre agitado, si se advierte que también las elecciones presidenciales en el país serán el 28 de octubre y que el gobierno de Néstor Kirchner ha seguido de cerca al fútbol, el trampolín de Mauricio Macri, uno de sus principales rivales en la arena política.
El año de los Mundiales, se sabe, fue 2006. Pero sólo ganaron Los Murciélagos, la selección de los no videntes, que fue reconocida apenas con una “Mención de Honor” en la premiación de los Olimpia. El deporte que sí vivirá su Mundial en 2007 será el rugby, del 7 de setiembre al 20 de octubre, mayoritariamente en Francia, donde Los Pumas abrirán la competencia ante el anfitrión. El deporte cambió y el rugby también y Los Pumas fueron en 2006 a la huelga en reclamo de una infraestructura profesional que alguna dirigencia de ese deporte aún rechaza. Sus éxitos fortalecieron sus reclamos. El Mundial de Francia, al que Los Pumas irán con buenas chances, podrá ayudar a esa lucha.
¿Será 2007 el año de la Copa Davis? Difícil si se advierte que “la legión”, si bien cayó en la final del torneo ante Rusia en Moscú, ganó apenas tres títulos menores del circuito en 2006. La vuelta de Guillermo Cañas y la aparición del pibe Juan Del Potro podrían dar un mejor acompañamiento a David Nalbandian, aunque el cordobés, y no es este un dato menor, tal vez dará prioridad en 2007 a la búsqueda de un título de Grand Slam.
La gestión kirchnerista del deporte, que vivió un momento dorado en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, afrontará un nuevo examen en 2007, los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, del 13 al 29 de julio, una competencia claramente más difícil que los Odesur ganados a fin de año en Argentina. El presupuesto total subirá de unos 62 a unos 80 millones de pesos. Y los Panamericanos servirán de prueba con vistas a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Pero, se sabe, pibes como Germán Chiaraviglio, primer campeón mundial de Argentina en una prueba atlética y Olimpia de Oro 2006, no son pasión de multitudes, como el fútbol. Y, peor aún, en Pekín, los Chiaraviglio y compañía competirán contra un ejército de atletas chinos preparado para destronar a Estados Unidos del podio olímpico. Serán ellos, tal vez, los nuevos Deep Fritz del deporte moderno.
