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Martes 02 de Enero de 2007
 
 
 
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  LA JUSTICIA NEUQUINA BAJO LA LUPA
  POCAS EXPECTATIVAS DE CAMBIO PARA 2007
CON ESCEPTICISMO OBSERVAN LA POSIBILIDAD DE ALGUN CAMBIO EN EL CORTO PLAZO ABOGADOS, MAGISTRADOS, DIPUTADOS Y GREMIALISTAS CONSULTADOS SOBRE EL ROL QUE TENDRA EL PODER JUDICIAL DE NEUQUEN EN ESTE 2007.

 SI BIEN ALGUNOS AVENTURAN QUE PODRIA HABER RENUNCIAS EN EL TRIBUNAL SUPERIOR, LA TONICA GENERAL DE LAS OPINIONES ES QUE COSTARA MUCHO REVERTIR EL PROCESO DE CRISIS EN EL QUE ESTA SUMERGIDA LA JUSTICIA DESDE HACE UNOS AÑOS.

 
 

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“LA JUSTICIA NECESITA UN CAMBIO RADICAL”

Uno de los problemas es que no existe una teoría política del Poder Judicial, que involucre lo marco, y eso es lo que debería debatirse.
En 2007 no espero grandes modificaciones en esta situación, aunque imagino que puede haber algún maquillaje. Y si se produce algún cambio no será porque haya voluntad política de tener un Poder Judicial independiente.
Creo que sólo habrá un cambio profundo el día que los políticos entiendan la importancia que tiene la independencia para el Poder Judicial y deje de ser un simple caballito de batalla.
La independencia debe ser interna y externa, debe representar que el juez se sienta libre para fallar de acuerdo a derecho. Cuesta muchísimo construir la confianza de la gente y es muy fácil destruirla; la confianza consiste precisamente en que la gente esté tranquila de que el juez va a fallar conforme a la ley y no pensando en otra cosa.
En cuanto al Consejo de la Magistratura, así como está no sirve, no me despierta ninguna expectativa. Le falta algo basal: participación ciudadana.
El Poder Judicial no se va a autodepurar, lo único que hace es expulsar a la gente crítica. Desde que empezó este proceso sólo unos pocos han resistido los embates, y si se produce alguna transformación, habrá otros que buscarán acomodarse a los nuevos tiempos.

“NADA CAMBIA SI NO CAMBIA  EL TSJ”

No espero que en 2007 ocurra ninguna modificación en el Poder Judicial salvo que algún vocal se jubile. Y si eso ocurre habrá que ver qué hacer el gobernador: si sigue metiendo en el Tribunal Superior a personas de su confianza o si abre el juego a los otros candidatos a gobernador. Pienso que lo más prudente sería no cubrir esa eventual vacante hasta que asuma el próximo gobierno.
Hay que tener claro que este Poder Judicial no cambia si no cambia el Tribunal Superior.
Respecto del Consejo de la Magistratura, mis expectativas son nulas. Es una escenografía de república, es para darle un barniz a la realidad. Designará a los jueces que le interesan al poder, está todo armado para que sea así.
Por ejemplo, los representantes de los abogados saldrán de los matriculados en esta capital. Según la ley, para presentar una lista tienen que buscar avales del 5% del padrón, algo que se vincula más con una campaña política partidaria ya que ni para elegir a sus propias autoridades necesitan ese requisito.
Ahora bien, los abogados del interior no llegan al 30% de los matriculados en capital, de modo que para juntar avales deberían hacer campaña en la capital donde no conocen a nadie.
En cuanto al representante del Tribunal Superior de Justicia, también va a responder al poder, igual que la mayoría de los representantes de la Legislatura. En conclusión, no hay voluntad de cambiar.

“LOS CANDIDATOS DEBEN DAR A CONOCER SU OPINION”

Jorge Sobisch recorre el último período de su tercer gobierno y asiste a un brutal proceso de licuación de su poder político, aunque sigue con un sueño presidencial delirante e inalcanzable, dilapidando recursos cuyo origen los neuquinos ignoran y que debiera justificar ante la opinión pública.
Por esa misma razón busca asegurar continuidad de su modelo de justicia, la justicia cómplice, indecente y sumisa que supo prohijar en estos últimos años. No importa que haya estado inmersa en situaciones escandalosas, pues no se debe olvidar que también es la que le ofrendó sobreseimientos tranquilizadores. Hoy el problema no es Sobisch, pues nadie puede esperar que elimine o cambie a la criatura monstruosa que engendró. Nadie puede pedirle que comprenda que la independencia judicial es un valor democrático, pues en su concepción la dependencia judicial es parte del botín político. La conformación del Consejo de la Magistratura y su reglamentación es uno de los instrumentos para darle continuidad de ese modelo judicial. En la actualidad lo más importante es la posición sobre el tema judicial de los que buscan sucederlo en el Gobierno. No alcanza con prometer que las cosas serán distintas y que no se repetirán los groseros actos de penetración institucional del pasado; tampoco con esperar que el proceso de metamorfosis hará de los actuales jueces y fiscales cómplices del gobierno, auténticos magistrados independientes. La clave pasa por hacer público el proyecto de política judicial que ofrecerán a la ciudadanía y sobre qué ejes se asentará, pues ello permitirá apreciar si la independencia judicial será un punto cardinal y si los derechos de todos podrán encontrar protección.

“HAY QUE CAMBIAR A TODOS LOS VOCALES”

No tengo expectativas de que surja un cambio desde el interior del Poder Judicial, la transformación tiene que generarse desde afuera y debe empezar con el recambio total de los vocales del Tribunal Superior de Justicia.
A lo largo de estos años se han generado modificaciones muy trascendentales, en muchos casos fueron incorporados jueces de los que no se puede certificar su idoneidad.
Sin dudas, el tema de la justicia debería estar en la campaña para la gobernación, y las distintas propuestas políticas tienen que plantear la transformación del Poder Judicial.
En mi opinión no habrá autodepuración; pensar eso es ingenuo o funcional a que nada cambie. Hay que impulsar los cambios desde afuera.
En mi criterio hay que reemplazar a todos los vocales del TSJ, pero no convertir esto en prenda de negociación entre los candidatos políticos.
Sobre el Consejo de la Magistratura tengo expectativas muy limitadas. Cuando se debatió el proyecto le hicimos observaciones muy profundas que no fueron tenidas en cuenta. Así, la ley que salió tiene un signo muy definido: demuestra la intención de Sobisch de seguir su influencia sobre el Poder Judicial más allá de su mandato.
Al gobernador le cabe la responsabilidad de esta crisis inédita en la historia del Poder Judicial, que no surgió de adentro sino que fue generada por los cambios que impuso Sobisch.

“GARANTIZAR LA INDEPENDENCIA”

El año 2007 empezará marcado por el debate por la inconstitucionalidad del Consejo de la Magistratura, que vamos a plantear.
La evaluación periódica de los magistrados contenida en el proyecto es una herramienta peligrosa con un discurso implícito: cada cuatro años se puede revisar al Poder Judicial que se designó cuatro años antes. Y esto va más allá de que nos guste o no nos guste el Poder Judicial que tenemos.
Espero que la Justicia se convierta en un tema de la campaña electoral, porque es un debate que se debe dar la sociedad. Debemos discutir qué Justicia queremos, si juicio por jurados o procedimiento inquisitivo, si queremos pena de muerte o derecho penal garantista.
Por su parte la gente debe ver la importancia de que los jueces y los fiscales sean independientes, debe entender que es una garantía para el ciudadano. Al que está solo, al más vapuleado por el poder político, por el poder económico, por la prensa, a esa persona que es la más cuestionada, la Justicia le debe garantizar el debido proceso y el derecho de defensa. Y esto es importante, porque uno nunca sabe cuándo va a integrar una minoría.
Ojalá en el futuro se perfilen fuerzas políticas que tengan la conciencia republicana de que el Poder Judicial debe ser independiente.
Que el poder político esté repartido, y no concentrado en una sola fuerza, es un aditamento que facilita la independencia del Poder Judicial.

“PONER EN COMISION A TODO EL PODER JUDICIAL”

Hay urgencia por formar un amplio frente democrático y popular para garantizar las transformaciones ineludibles que deben darse en la provincia. Y el principal obstáculo para esa transformación es la actual formación del Poder Judicial. Tal como está la Justicia es imposible gobernar Neuquén bajo las pautas que marca la Constitución.
Este Tribunal Superior de Justicia va a pretender ser el garante de la impunidad de los que gobernaron los últimos años. Y existe el riesgo de un pacto de impunidad entre determinados sectores políticos para no revisar nada para atrás.
Frente a esto sería fundamental un pacto democrático. Es imprescindible dar señales claras.
Hay que poner en comisión al Poder Judicial, no para sancionar indiscriminadamente, sino para deslindar responsabilidades. Los magistrados y funcionarios honestos no deben temer una medida de este tipo, que servirá para que la ciudadanía tome conciencia de la mala calidad institucional del Poder Judicial.
Todos los candidatos a gobernador deben comprometerse a autolimitar sus facultades para designar a los futuros vocales del TSJ, e incluir mecanismos de participación.
En el mismo sentido debe haber un compromiso de todos los sectores de avanzar en la reformulación del Consejo de la Magistratura. Hay que cambiarlo por la vía de la enmienda para darle participación y transparencia.

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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