Después de ver cubiertas las necesidades de contención de los más pequeños el padre Rondini insistió mucho en la necesidad de generar un espacio para los internos que ingresaban en la pubertad ó atravesaban la crisis de la adolescencia. No logró ver su proyecto concretado pero desde marzo del 2002, y con la guía del padre Franco Castellani, la casita Padre César Rondini abrió sus puertas para los internos del Hogar Niño Jesús que finalizaban sus estudios primarios, y que no podían volver al seno familiar.
Se busca personalizadamente para cada uno de los chicos el lugar de capacitación más conveniente a sus posibilidades e intereses: secundario, nocturno, capacitación en oficios, como camino alternativo para su futura inserción social y laboral.