En Regina existía un barrio llamado Villa Antártida, cementado por carencias económicas, culturales y espirituales. Sus habitantes eran, en su mayoría, de procedencia chilena, país que se caracteriza por tener grandes iniciativas y encarar desafíos. Corría 1961, el barrio no tenía escuela y de un grupo de vecinos surge la inquietud de construir una. Por ello se acercaron a dialogar con el Padre César Rondini, motivados por el referente de la obra ya edificada en el barrio Don Bosco entre 1959 y 1960.
Como las actividades que él realizaba dependían de la parroquia local, incentivó a los vecinos para que le soliciten al padre Buttignol, párroco en ese momento, la autorización para dictar clases en la capilla San Sebastián. La construcción de la misma era muy precaria, carecía de piso y no tenía cielo raso. En ese tiempo las escuelas públicas eran tres, la N° 52 y la 58 en el centro, y la 105 en la zona rural y no podían absorber a toda la población escolar de la localidad y en especial la de los barrios más alejados.
Bien avanzado 1962 se logró dictar las primeras clases. El barrio comenzaba a albergar cada vez a más familias. En mayo de 1963, llega de Chile el matrimonio de Antolín Mardonez y Graciela Villegas, maestra de alma, que continúan con las clases, pero el lugar se hacía muy pequeño. Era preciso construir más aulas. Para ello se organizó una cooperadora que comenzó a promocionar una fiesta típica chilena y así fue juntando dinero para las distintas obras. El nombre de la escuela fue sugerido por el intendente Báez, ya que por aquel entonces las calles del barrio eran muy salitrosas. Tiempo después y con la ayuda de Carlos San Juan, gobernador de la provincia de Río Negro, se construyó la última parte, bastante más moderna que la anterior, quedando espacio para construir, más adelante un patio cubierto.
En 1969 se inaugura la primera salita de jardín de infantes que funcionó en un anexo de la escuela. En años posteriores se crearon salitas para cuatro años.
Hasta 1967 la escuela funcionó como anexo de la primaria Don Bosco, a partir de esa fecha es reconocida por la Superintendencia Nacional de Enseñanza Privada, siendo su primera directora Norma Quintans. Al crecer la obra es reemplazada por Elisa Bianchi, quien luchó por mejorar la escuela en el aspecto tanto pedagógico como edilicio; trabajando hasta el 2006. Su actual directora es Alicia Gianovich.
Actualmente cuenta con 18 secciones y una matrícula de 450 alumnos.
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