En 1970 al padre César Rondini le ofrecieron un terreno en Las Grutas con la idea de construir una casa de vacaciones para los internos de los hogares.
Ocupaba una manzana y allí se fue edificando muy despacio, hasta lograr una colaboración de una empresa que techó el dormitorio. Cada año el padre viajaba para controlar el estado del lugar donde viajarían un mes los varones y uno las niñas. Al no tener recursos para el traslado de los niños hasta la playa, el viaje se hacía en dos camionetas, haciendo de chofer en una Rondini y en la otra Norma Quintans.
Hoy los niños continúan vacacionando en la villa pero el lugar en que se construyó el albergue ha quedado en una zona habitada y prácticamente céntrica.
Gracias a una donación llegada desde España de los hermanos Torroba Llorente se invirtió en el lugar transformándose en el Albergue Casa de Nazareth, un lugar adecuado y a todo confort. Con esa donación se construyeron además 10 departamentos para 4, 6 y 8 personas que se alquilan durante el año logrando de ellos los recursos para el mantenimiento del espacio.