Cuando la población escolar fue aumentando por gestión de Hugo Rondini, hermano del padre César, se obtuvo una parcela de 20 hectáreas, la Isla 61 Nuestra Señora de Luján, nivelada por un colaborador, Remo Musso.
De a poco y con la ayuda de donaciones fue transformándose en el lugar de esparcimiento que es hoy; con un hermoso predio circundado por un amplio y vistoso parque, que disfrutan niños de los hogares y de las escuelas, sin dejar de destacar el aspecto productivo del lugar, ya que de allí proviene carne vacuna, porcina, aves, leche, conejos, verduras y frutas para el abastecimiento de los hogares.
Este lugar es utilizado también para prácticas de los alumnos de granja y cuidado de animales del Centro Cooperativo Laboral Mamá Margarita.