El padre Rondini comenzó en 1967 la tarea de contención a los más desprotegidos en el barrio Don Bosco con el hogar para niñas, y más tarde continuó con el Niño Jesús, funcionando en primera instancia en la casa que perteneció a la familia Delladío, y en ocasiones en el salón Orespa. Solía pasar el colectivo de la parroquia casa por casa a buscar a los niños para las guarderías y permanecían desde las 7 hasta las 19.
Por necesidad el padre pensó que a muchos de los niños era mejor internarlos para evitar que se transformaran en niños de la calle. Así comenzó a funcionar el hogar con un grupo de siete chicos. Luego se transformó y amplió. Estos hogares, creados para niños de Regina, albergaron y lo continúan haciendo a niños de distintos puntos de la provincia.