| | | | | | | | | ¿Y vos qué escuchás? | | El primer villancico que escuchamos, la radio o los lentos para la cena, el baile posterior... La música es parte de la Navidad. | | | | | | | | | | | | | | MIRIAM ARBELOA Siempre me pregunté cuándo en realidad comenzaba la Navidad. Cuál era el momento que hacía clic en mi cabeza y me hacia expresar un ¡por Dios, ya estamos en Navidad! Situación que nos sorprende a todos porque la vorágine del año no nos deja tiempo para darnos cuenta de cómo pasó el tiempo, valga la redundancia.
Lo cierto es que este año para mí el espíritu navideño me shockeó en las últimas semanas de noviembre, cuando caminando por el centro comercial de Roca escuché el primer "Jingle bell" del año. Supongo que aquí siempre puede más la tradición que la creatividad, usar los históricos villancicos para anunciar las fiestas.
Consulté a músicos, colegas, amigos y nadie se había percatado de la música. Un grupo dijo que la Navidad comienza cuando uno llega al supermercado y se encuentra con los productos de la canasta navideña, otros dijeron que el espíritu navideño se inicia el 8 de diciembre cuando se arma el arbolito.
Después me pregunté qué escucha la gente mientras se prepara para el paso de la Nochebuena a Navidad. ¿Cómo se vive? ¿Es un momento especial? Claro esto depende del grado de religiosidad en la familia. Volví a consultar a la misma gente. Hubo quienes afirmaron escuchar la misa criolla, música incidental, algo de folclore o tango, los músicos del jazz fueron contundentes: sólo escuchamos jazz. Muchos, la gran mayoría, se acompañan con la radio, también consolidando así la vieja tradición de que nos anuncien las 00 hs., escuchar las campanadas y celebrar junto a todo el mundo, escuchar al locutor decir "¡Feliz Navidad!" o "¡Feliz año nuevo!" Según sea la fiesta.
Pero, y después del brindis… ¿Qué pasa?
Después del brindis, todo vale, las familias de músicos se dedican a tocar, cantar y pasear por todos los ritmos que ellos interpretan. El resto de los consultados dijo que después del brindis hay que bailar, hay que celebrar, la música debe acompañar la alegría del momento.
Nadie se queda sentado, el cuarteto encabeza la lista de preferencia. No hay dudas que el 'Beso a beso', 'Quién se ha tomado todo el vino', 'El bombón asesino', 'La vecinita tiene antojo', la salsa, el merengue, la cumbia o el reggaeton, todo ritmo que incite al cuerpo a ponerse en movimiento.
Aquí ya no importa si nos gusta más el jazz, el tango, el rock, el heavy, la trova o la música clásica, aquí hay que bailar y ya no hay clases sociales que se diferencien, todos somos iguales, todos disfrutamos de la misma manera, a puro ritmo.
Preste atención este año y por más que a los hombres no les guste, las chicas -y de todas las edades- sólo van a querer bailar con el tema del año consolidado por Ricardo Fort, el ya popular "Know you want me (want me), you know I want cha (want cha), I know you want me, algo así como sé qué quieres, sé que te quiero, profundísima letra, no? El autor de Calle 8, así se llama el tema es Pitbull, un cantante de reggaeton progresivo versátil cubanoamericano que en Argentina se lo conoció por ese personaje avenido a artista ahora, pero de un ritmo que por ahora logra mover hasta al más patadura.
Pero la Navidad es así, suena de muchas maneras. Suena a celebración, a reencuentro familiar, de amigos, suena a renacimiento, a volver a los orígenes, suena como vos querés que suene.
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