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Sábado 22 de Diciembre de 2007
 
 
 
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  Sensibilidad, magia y milagros

Andersen, Capote, Bradbury, Dostoievski; los más importantes escritores se inspiraron en la Navidad. Niños, abuelos o animalitos en problemas son los personajes preferidos para transmitir grandes valores.

 
 

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La "magia" de la época navideña genera el momento ideal para que muchos escritores de fama internacional situaran en éstos días repletos de color y sensibilidad historias de diversa índole.

Grandes escritores como los hermanos Grimm, Hans Christian Andersen, Charles Dickens, Oscar Wilde, Gustavo Adolfo Bécquer, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Fedor Dostoievski, Truman Capote, Blasco Ibáñez, Agatha Christie o Tolkien, se acercaron a esta literatura con cuentos o novelas.

Niños pobres o abandonados, animales olvidados, y ancianos son los protagonistas por excelencia de estos libros que viven en la mayoría de los casos el "milagro navideño" con el que logran al fin la paz y felicidad.

Un clásico ineludible en estos días es "Un cuento de Navidad" escrito por el inglés Charles Dickens en 1843.

Su protagonista es Ebenezer Scrooge, un hombre mayor, muy avaro, solitario y adicto al trabajo que recibe un día la visita de varios espíritus que le cambian la vida.

En primer lugar llega el ánima de su socio y mejor amigo recién fallecido que le anuncia una terrible profecía para su futuro y la llegada de tres espíritus si no cambia de actitud.

Por supuesto, Scrooge desoye los consejos de su amigo y llegan finalmente las visitas del más allá. Primero llega el espíritu del Pasado que muestra al anciano su infancia llena de melancolía y añoranza.

En segundo lugar llega el del Presente que le muestra la situación actual de la familia de su fiel empleado, Bob Chatchit, que a pesar de ser muy pobre y tener un hijo muy enfermo, celebra la Navidad. También le muestra el festejo del sobrino de Scrooge a escondidas del tío a quien sus invitados no quieren ver.

Finalmente llega el espíritu del futuro, sombrío y callado, que le muestra el terrible destino de los egoístas, e incluso su propia tumba ante la cual Scrooge se horroriza, llora y promete cambiar.

El milagro navideño se cumple y este anciano cambia radicalmente su actitud hacia los demás, ríe por primera vez y celebra al fin la Navidad.

Pero existen también dentro de la literatura navideña textos que cambian un poco los estándares.

Uno de ellos indudablemente es "El cascanueces", del alemán Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, que trata de una niña que no tiene problemas económicos ni ha sido abandonada, y que recibe de regalo de Navidad un cascanueces del cual se siente "enamorada" y junto a quien recorre y disfruta del reino de los juguetes y ratones.

Desde que fue escrita en 1816, esta obra mágica que combina toques de humor y suspenso ha sido reinterpretada en obras de teatro, ballets y películas infinita cantidad de veces.La archiconocida inglesa Agatha Christie también situó en esta época una de sus novelas.

En "Navidades trágicas", el protagonista es también un anciano muy rico y déspota que reúne a su familia para la cena del 24 de diciembre.

Así llegan a su hogar sus tres hijos casados con sus respectivas esposas, otro hijo que ha estado ausente durante muchos años y una nieta a la cual el hombre ni siquiera conocía.

Como no podía ser de otra manera, el anciano es cruelmente asesinado y es el sagaz Hércules Poirot quien con sus deducciones maestras y siempre sorprendentes descubrirá finalmente al criminal.

Incluso uno de los más reconocidos escritores de ciencia ficción (o ficción científica como le gusta llamarla), dedicó unas líneas al espíritu navideño. El imperdible Ray Bradbury, creador "Farenheit 451" y "Crónicas Marcianas", entre otros éxitos realizó su versión futurista de la celebración católica en su "Cuento de Navidad".

El estadounidense nacido en 1920 situó la acción de su corto cuento en el día 24 de diciembre de 2052 en un viaje en cohete desde la Tierra hacia Marte. El protagonista es un niño que aborda un cohete junto a sus padres que se ven obligados a dejar el regalo y el arbolito de navidad que habían preparado para celebrar arriba de la nave porque excedían el peso permitido por los oficiales interplanetarios.

Sin embargo, gracias a la imaginación y el amor, el padre logra regalar a su hijo una imagen del espacio con "el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas". Los villancicos que todos los pasajeros cantan completan una postal navideña diferente.

 

MARIANA BENÍTEZ

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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