Hace 22 años el tiempo transcurría más calmo en esta villa que recién comenzaba a pensar en el turismo como la gran actividad que es hoy y que, con el tiempo y a fuerza del empeño de múltiples actores, fue desarrollándose.

Por entonces, las playas estaban custodiadas por escasas edificaciones y no había una infraestructura de servicios ni siquiera cercana a la oferta actual.

Para esos primeros empresarios, funcionarios y vecinos que apostaban a un balneario colmado de público el desafío propuesto hoy suena a meta superada. A diferencia de esas fiestas que ya son tradicionales en otras localidades de la provincia, la "Fiesta Nacional del Golfo Azul" nació como un evento que pudiera promocionar las bellezas naturales de Las Grutas y fuera lo suficientemente atractivo para que, primero los vecinos de ciudades y provincias cercanas y luego los de lugares más lejanos, se aventuraran a conocer el destino tentados por el brillo de espectáculos que se desarrollarían en un paisaje privilegiado.

Debido a esto la faceta productiva de la Fiesta, fundada en rescatar la riqueza pesquera de la región (encarnada en su inmensa variedad de peces y mariscos) siempre fue accesoria. Lo relevante estuvo centrado en los números artísticos y musicales.

Recién cuando con el correr del tiempo el evento obtuvo la categoría de "nacional" estos productos comenzaron a asomar como protagonistas de una de las tantas noches, a través de salmonadas, mejillonadas, o paellas gigantes elaboradas por cocineros del lugar que echaron mano a la frescura de los frutos de mar característicos del Golfo.

Tal vez por eso, esos primeros megaeventos están poblados de anécdotas que aún recuerdan sus protagonistas. "La primera vez que incorporamos esta posibilidad, que surgió para cumplir con los requisitos para ser reconocidos como Fiesta Nacional, les solicitamos a los operarios de Comsal de SAO que fabricaran una parrilla de 100 metros para disponer en la primera bajada, bordeando las construcciones de la peatonal", recordó Miguel Ángel ´Jotita´ Álvarez, uno de los empresarios que integraban la primera comisión organizadora.

"Pensamos en asar salmones tomando la idea de otra fiesta que se realizaba en la provincia de Buenos Aires, en la que asaban carne en lugar de pescado. Dispusimos las mesas y todo marchaba bien hasta que comenzó a soplar el viento del sur, y entonces las brasas comenzaron a volar, quemando las camperas de los turistas que se acercaban a recibir las raciones. Sin embargo, así aprendimos, y gracias a la buena voluntad de Mario Michelli, Eduardo Tomasini, Jorge ´Conejo´ Michalczewsky y otros personajes inolvidables, que pasaron de cocinar para los amigos a planear menús para miles de personas, le fuimos tomando la mano", expresó Álvarez.

De manera similar, convocar a artistas de relevancia para llenar de brillo las noches de la fiesta no fue fácil al principio para la comisión, que tuvo que gestionar los contactos para que Las Grutas pudiera recibir a cantantes y figuras de renombre nacional e internacional.

Un evento que albergó a reconocidos artistas

Los más importantes artistas de cada momento tuvieron su cita en el balneario. A Horacio Guaraní se fueron sumando Valeria Lynch, Mercedes Sosa, Sandro, Raphael, Pimpinela, La Bersuit, Rodrigo, Soledad, Soda Stereo (que se presentó en la segunda edición de 1986, cuando era el grupo de mayor venta del país).

También estuvieron presentes Sandra Mihanovich y Celeste Carballo, Leonardo Favio, Ricky Maravilla y Las Primas, María Martha Serra Lima, Piero, Manolo Galván, José Vélez, Paz Martínez, Teresa Parodi, Pablito Ruiz, José Larralde, en fin, cantantes de todos los géneros llegaron al balneario para formar parte de un evento que supo ofrecer cada año siete noches de espectáculos de calidad.

Ya en 1993, tras cinco años ininterrumpidos de éxito, sorprendió el anuncio de la suspensión de la sexta edición, para lo que se alegaron inconvenientes económicos y desinteligencias en la organización.

Todo volvió a la normalidad al año siguiente, pero luego la edición de 1995 no se realizó, después de un anuncio efectuado en diciembre de 1994 por el intendente de entonces, Carlos Carassale y el ministro de turismo de la provincia, Antonio Torrejón, que expresaron que la comuna no podía asumir riesgos económicos para asegurar el éxito de una nueva celebración. Ante la ausencia del ya tradicional festejo se realizaron pequeñas fiestas alternativas en febrero de ese año como la de Las Bajadas y la de La Marea en SAO, y hasta una 'Fiesta del Turista'.

Las ediciones siguientes, desde 1996 hasta 2004 se realizaron con relativa normalidad, cobijadas bajo la estructura del polideportivo de la villa.

En años sucesivos, sin embargo, la Fiesta perdió su brillo. Para entonces ya se había disuelto desde hacía tiempo la comisión compuesta por los organizadores de antaño, no sin que existiera una polémica creciente en torno al manejo del evento, que luego fue fluctuando en su organización, que más de una vez mediante diferentes acuerdos quedó en manos privadas para su concreción.

También fue variando el mes elegido para su realización, que durante las primeras épocas de esplendor se llevó a cabo a mediados de enero, y luego durante varias ediciones al promediar febrero, buscando alargar la temporada estival. La novedad fue la de 2002, año en que se realizó en Semana Santa.

"Fueron lindas épocas, sobre todo durante los años iniciales. Nos dimos el lujo incluso de traer a Mirtha Legrand, a la que nombramos madrina en la edición de 1992. En ese momento no había hoteles de categoría en la villa, y la alojamos en un departamento de la segunda bajada. El doctor Mario Michelli fue el que cedió su Peugeot blanco 404, uno de los mejores autos que se veían en la ciudad por entonces, para pasearla por las calles del balneario. Todo se organizaba así, con ingenio, solidaridad y entusiasmo" recordó Álvarez.
 

Aquellas primeras fiestas

"Nos convocó el intendente de esa época, Ernesto 'Catito' Urcera, para integrar la primera comisión de organizadores de un evento que iba a contar con el aval de turismo de la provincia", recordó Horacio 'Yayo' Leal, un empresario de la villa.

Esa comisión, que durante años fue la encargada de organizar la Fiesta, estaba compuesta además por Walter Villaverde, Rita Traballione y Miguel Ángel 'Jotita' Álvarez.

"Hasta el momento se habían hecho algunos primeros intentos para generar un evento local que concitara el interés del público, pero no prosperaron. Por eso se nos ofreció integrar ese grupo para organizar esta fiesta y aceptamos el desafío llevados más que nada por el entusiasmo de trabajar por Las Grutas", recordó Álvarez.

"En ese momento los artistas no organizaban tantas giras como ahora, por eso pensamos en grandes números que fueran un 'gancho' para aquellos que nos visitaban, y empezamos a buscar los contactos para llegar a aquellas estrellas que parecían imposibles", apuntó el empresario.

El reconocido folclorista Horacio Guaraní fue uno de los primeros números 'fuertes' que tuvo la Fiesta, por entonces provincial, e incluso el cantante se convirtió en padrino del evento. Cuatro años después, en febrero de 1987, se anunció en conferencia de prensa que por gestión del entonces Secretario de Turismo de la Nación, Francisco Manrique, mediante Decreto Nº 4, se había declarado el festejo de interés nacional, por lo que en la edición de 1988 se realizó oficialmente la primera "Fiesta Nacional del Golfo Azul".

Miles de turistas llegados desde los más diversos puntos del país fueron dándole un marco cada vez más numeroso de público a las ediciones, batiendo récords año a año, lo que demostraba además el crecimiento sostenido del balneario.

"Eso era lo que buscábamos, queríamos que viniera gente, y apostábamos a promocionar la villa a través de espectáculos de calidad", recordó Leal.

 Volver a los orígenes

Recuperar el brillo de las Fiestas del Golfo de antaño es actualmente el desafío de muchos de los que hoy, sumados a la gestión municipal, vivieron a pleno la mística de los primeros festejos que se llevaron a cabo, buscando alentar un turismo incipiente.

"En ese momento, tal vez porque era más evidente que todo estaba por concretarse en materia turística, tanto vecinos como comerciantes y empresarios colaboraban con la organización del evento y ellos eran los que, más allá del rol del municipio, más empuje le ponían a la puesta en marcha de cada edición de la Fiesta", expresa Leandro Michelli, secretario de Gobierno local que actualmente es uno de los organizadores de la celebración.
El padre del funcionario (un reconocido médico ya fallecido) fue uno de los que durante años colaboró desinteresadamente, sumándose a la realización de las mejillonadas, salmonadas o paellas populares que siempre acompañaban una de las noches del festejo.

"Me acuerdo de las largas horas que, de chico, me pasaba junto a mi papá pelando cebollas, o del día en que cedió su auto para que llevaran a Mirtha Legrand, una de las figuras que llegó a la Fiesta, para recorrer el balneario. Ese compromiso por colaborar en un evento que se vivía como una fiesta de todos es lo que sería lindo recrear", apuntó Michelli.

Entre aquellos recordados momentos que buscan reflotarse mediante esta idea de revalorizar la celebración popular no es menor el hecho de generar un marco similar al de las primeras ediciones en las que la Fiesta se realizó al aire libre.

Es que la primera comisión organizadora, sin poseer un espacio como el que luego brindó la construcción del polideportivo, haciendo uso del ingenio alquiló por años una carpa de circo (que le pertenecía a una familia amiga de uno de los empresarios) para albergar a los cantantes y espectadores.

"Esa carpa se armaba enfrente del predio del Automóvil Club Argentino, pero como el circo trabajaba como tal durante parte de la temporada, las jaulas con los animales permanecían en las inmediaciones, y a veces durante los espectáculos se escuchaba el rugido de un león", recordó uno de los pioneros de la organización. "Ingenio mediante, incluso en una de las ediciones a la flamante soberana del Golfo la paseamos nada más y nada menos que en elefante por el balneario", agregó.

Aunque esta vez no habrá carpas ni paseos estrafalarios, la magia de un espectáculo con mar de fondo es la que se recreará al emplazar un inmenso escenario en la cuarta bajada, que será el que engalanen los artistas convocados para colmar de brillo las cinco noches de la Fiesta.

"Es una apuesta fuerte y esperemos que la gente se entusiasme y haga suyo el festejo tal como ocurría antes", manifestó Michelli.