En cada una de las 22 ediciones que ha tenido la Fiesta Nacional del Golfo Azul la ilusión de las jovencitas que sueñan con acceder al cetro de reinas se repite, generando una de las postales más emotivas del evento.
Su deseo de verse coronadas como soberanas indiscutidas del festejo convive además con la expectativa de familiares y amigos que, bajo el escenario, palpitan con los mismos nervios que ellas el momento en el que finalmente el jurado decide dar a conocer su decisión.
Sin embargo, tal como relata Camila Denughes, la candidata electa en la edición 2010 que está a punto de ceder sus atributos de reina, el desafío empieza cuando, una vez coronadas, tienen que comenzar a cumplir con las actividades que implica el rol otorgado.
"Es una experiencia única la que viví en este tiempo, que me sirvió para crecer muchísimo a nivel personal, por eso deseo que la reina que surja de esta nueva Fiesta disfrute tanto como yo de lo que significa representar al Golfo", expresó la bella jovencita, que actualmente tiene 18 años.
Su timidez inicialmente fue un obstáculo que con la ayuda de su mamá y el aliento de sus amigas pudo vencer a la hora de tomar la decisión de inscribirse como postulante.
"Me convencieron y me anoté cuatro días antes de la elección, y realmente no me arrepiento. Visité un montón de lugares que no conocía promocionando el destino. Fui a la Fiesta de la Vendimia, en Mendoza, a la de la Nieve, en Bariloche, a Buenos Aires, Córdoba, y a los festejos de Villa Regina y Lamarque, entre otros. En cada lugar recibí el cariño de la gente y fui ganando soltura para hablar con la prensa cuándo me invitaron a radios o canales de televisión para contarles acerca de esta localidad", manifestó Camila.
Hoy, a punto de ceder su corona, se siente orgullosa del papel desempeñado. "Promocioné nuestras playas en muchos lugares y me llevo un montón de recuerdos para atesorar", se emocionó la joven.