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Viernes 09 de Marzo de 2007
 
 
 
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  La necesidad de un plan vitivinícola
Alcides Llorente, referente zonal, analiza la situación actual de la producción de uva para elaboración. Afirma que existe un gran interés en los vinos de la Patagonia pero que esto no se explota en Río Negro.
 
 

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La vitivinicultura en Río Negro tuvo su momento de mayor auge sobre fines de la década de 1960 y hasta entrado algunos años de la década 1980, cuando no sólo se produjo un techo en la producción de uvas sino que además se logró un gran volumen en vinos.
Sin embargo, a partir del ’80 comenzó una paulatina caída en la superficie cultivada y el cierre de las bodegas.
La actualidad está marcando una tendencia hacia el crecimiento gracias a que existe un gran interés en los vinos de alta gama que se producen en la Patagonia, aunque hasta el momento no se logró incrementar la superficie cultivada con uvas para vinificar y muchas de las bodegas tampoco han modernizado sus instalaciones para elaborar vinos de calidad.
“Hoy lo que está haciendo falta es un plan para el desarrollo vitivinícola de la región. La provincia debería implementarlo, porque de lo contrario, el sector va a tender a la desaparición”. La definición corresponde a Alcides Llorente, todo un referente en el área vitivinícola, con una experiencia de más de 30 años en el INTA.
“La situación de progreso que se ha evidenciado en los últimos años, no vemos que se haya dado en la provincia de Río Negro en la misma proporción que en otros lugares del país. Un ejemplo es la provincia de Neuquén donde, gracias al apoyo del gobierno provincial, se ha desarrollado una experiencia en la zona de El Chañar”, apuntó a este medio Llorente.
Al referirse específicamente a la situación de la provincia de Río Negro remarcó que “en general los productores están muy asentados sobre lo que fue la viticultura antes, falta cambiar la mentalidad empresaria. Los vinos son distintos, la tecnología es distinta, hay que utilizar el marketing, algo que en la provincia de Río Negro no se ha aplicado no sé si por problemas de apoyo económico o mentalidad empresaria. Un poco se ha quedado en lo que fue la viticultura cuando teníamos 18 mil hectáreas cuando hoy no sé si llegamos a las dos mil, de las cuales sólo mil deben ser buenas”.
El especialista agregó que “Río Negro no tiene condiciones para producir vinos comunes, sino que tiene condiciones para producir vinos de calidad, pero se ha refugiado en pequeñas bodegas. Para un despegue de la actividad vitivinícola hace falta mucho más, elaborando vinos de muy alta calidad”.
Llorente remarcó que para producir el cambio “se debe elaborar un plan bien hecho, con créditos dirigidos a reconvertir el sector, y que se planten 500, 600 o 1.000 hectáreas”.
Por otra parte Llorente comentó que “en la región existen bodegas que podríamos considerar como ‘elefantes blancos’ por sus dimensiones, pero que están fuera de los rangos de producción. Hoy la elaboración pasa por piletas de menor capacidad y un tratamiento más artesanal; es decir que se elabora a una estructura que no va”.
“Yo creo que hay que tratar de modernizar todo. Hay que hacer un plan, un programa de desarrollo vitivinícola, como se hizo 1987 que si bien tenía algunos defectos, porque se hizo de acuerdo a la vitivinicultura de esos años, se podría haber modernizado y aplicado, pero no se hizo nada”.
“Si esto no ocurre, van a ser cada vez menos, van a quedar sólo las pequeñas bodegas, muchas de las cuales están haciendo vinos de gran calidad, pero que con ellas solas no alcanza para insertar en el mundo a los vinos de Río Negro”, agregó finalmente Alcides Llorente.

VARIEDADES BIEN ADAPTADAS A LA REGION

La conjunción de las condiciones de suelo, temperaturas, sol y agua, son condimentos indispensables para la obtención de buena calidad en las uvas y, en consecuencia, de excelentes vinos.
No es nuevo que los productores y bodegueros destaquen las condiciones óptimas del Valle para la producción de uvas para vinificar y, en forma paralela, que los vinos valletanos no tienen nada que envidarles a aquellos que se hacen en otras regiones del mundo que cuentan con una amplia tradición bodeguera.
En esta zona distintas variedades de uvas han logrado una buena adaptación a las condiciones agrometeorológicas, aunque se destacan la Malbec, Merlot y el Pinot Noir.
Mario Gallina, ingeniero agrónomo del INTA a cargo del área de viticultura, apuntó en este sentido que “la mayoría de las variedades implantadas en la región son de origen francés, han desarrollado una muy buena adaptación a las condiciones locales, y principalmente las variedades Malbec, Merlot y Pinot Noir han mostrado una mayor adaptación, y podríamos sumar en tintas la Syrah”.
Agregó que también la variedad Cabernet Franc es otra de las que con ensayos en la estación experimental Alto Valle del INTA, ha demostrado tener una buena adaptación a la región.
“Algunas de estas variedades, como la Cabernet, son de ciclo largo, es decir que están para su recolección en los primeros días de abril y en esa fecha ya hay heladas lo que provocaría la quema de las hojas y en consecuencia que no se complete el ciclo de maduración. Es distinto con las otras variedades que están para su recolección con una fecha más anticipada”, agregó a Río Negro Mario Gallina.
Por otra parte, el técnico del INTA apuntó que “hoy la Merlot es una variedad que no está tan ampliamente implantada y por ese motivo existe una gran avidez de las bodegas en conseguirla, pero con Malbec y Pinot Noir no hay estos inconvenientes”.
Sin embargo una de las variedades emblemáticas y con la cual se elaboran excelentes vinos es el Malbec. “En otras zonas del país también esta variedad ha logrado una buena adaptación, como el caso de Mendoza; pero las cualidades particulares de cada región son diferentes, no podemos decir que son mejores ni peores, sino que son diferentes y, en consecuencia, los vinos tienen un carácter diferente. En relación con otros países, sí podemos decir que la adaptación que ha tenido esta variedad es mucho mejor en nuestra región”.
En cuanto a las variedades blancas las que mejor adaptación y presencia tienen en nuestra zona son el Sauvignon Blanc, “que es interesante a partir de la conjunción de días cálidos y noches frescas”, a la que se agrega el Semillón.
“Hay otras variedades que son más nuevas y sobre las cuales aún estamos trabajando en ensayos en la experimental; pero en muchos casos podemos decir que hay resultados que son interesantes y que la calidad de uvas que se están obteniendo hacen prever que los vinos que se pueden elaborar con ellos también serán de buena calidad”, agregó finalmente Gallina.

PRESENTACION DEL INTA

En el marco de esta nueva edición de la Fiesta Provincial de la Vendimia, la estación experimental Alto Valle del INTA, presentará un libro destinado especialmente a profesionales y productores interesados en la producción de uvas para vinificar.
El material, que fue elaborado con la colaboración de técnicos del Instituto y profesionales de la Universidad Nacional del Comahue, se denomina “Pautas tecnológicas: vid para vinificar”.
Según se informó desde la institución, el libro será presentado mañana a las 20.30 en la globa del sector vitivinícola.
La publicación incluye recomendaciones técnicas de cultivo y plantación con la tecnología necesaria para obtener vinos de calidad y un anexo donde se determinan los valores de inversión y costos de producción de un viñedo.
El libro tiene como objetivo principal orientar a profesionales y productores, además de ser un documento de referencia para estudios relacionados a procesos de diversificación y reconversión productiva.
En su elaboración participaron técnicos especializados del INTA, de la Universidad Nacional del Comahue y de la actividad privada.
En comunicación con “Río Negro” algunos de los profesionales que participaron en su realización comentaron sobre la publicación: “Desde fines de los ‘90, en la Norpatagonia comenzó a registrarse un incremento en la actividad vitivinícola, con la instalación de viñedos de alta tecnología para la elaboración de vinos de calidad. En consonancia con este desarrollo y con el trabajo que el INTA realiza desde sus inicios en el área de viticultura, desde la Estación Experimental Alto Valle se elaboró esta publicación, muy requerida por el sector”.
Patricia Villareal, ingeniera agrónoma del INTA que participó en la elaboración de este “Pautas tecnológicas: vid para vinificar”, explicó que se abordaron diversas temáticas, comenzando con una breve reseña histórica de cómo llegó a la Argentina la producción vitivinícola y el desarrollo en la región.
“Luego ya comenzamos directamente en lo que hace a la vitivinicultura en la Patagonia Norte, que incluye a Río Negro y Neuquén, con una característica del clima, el suelo y se apuntan las variedades que han sido probadas y cultivadas en la zona, y también se hace la descripción de aquellas que aparecen como promisorias”, apuntó la ingeniera.
El material abarca además una descripción agrometeorológica de las condiciones que imperan en la región y de la infraestructura del terreno y, una vez implantadas las variedades, las tareas culturales necesarias para el cuidado de las mismas y la obtención de un buen rinde para su recolección.
“Este trabajo se centra en lo que es la parte tecnológica y económica de la producción de uvas para elaborar vinos de calidad. Esto es importante porque cambia bastante tanto el manejo como los beneficios económicos que obtenemos. Una vez descripto esto, se avanza en lo que es el manejo sanitario para finalmente cerrar con el capítulo económico”, agregó Villareal.
Precisamente en el último capítulo del libro que será presentado mañana en esta ciudad, se realizó un estudio sobre cuál sería la inversión necesaria para tener un viñedo que produzca uvas de calidad, y cuál es el costo de producción cuando las plantaciones están estabilizadas.
Por otra parte, la ingeniera del INTA remarcó a este medio que: “En este trabajo no se hizo una evaluación de cuál es la condición en la que se encuentra la vitivinicultura en la Patagonia Norte, lo que hacemos es una análisis de las condiciones agroecológicas de las variedades probadas y adaptadas; porque el objetivo del libro es que si un productor o una persona cualquiera está interesada en ingresar en la actividad, pueda tener reducidamente cómo es el manejo de la plantación, los costos y la inversión que debe realizar para tener ese manejo”.

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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