Los productores de Allen eligieron otro camino, quizás el más difícil y escabroso, pero que los impulsa a retomar las riendas de la actividad que desarrollan. Hacerle frente a la crisis que los jaquea desde hace ya muchos años con proyectos alternativos, es la meta principal. El diálogo y la unión son dos elementos esenciales para poder cumplir el objetivo: achicar la enorme brecha económica que los aleja del precio que deberían recibir por la fruta que producen.
La Cámara de Fruticultores de Allen trabaja sobre dos experiencias que podrían generar nuevas opciones en el negocio frutícola. Por un lado, con fondos provenientes mayoritariamente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, ha logrado la adquisición de una cámara frigorífica que perteneció a la ex firma "Atlas" y que posee capacidad para albergar unos 8.500 cajones bins. La operación se concretó por la suma de 1.800.000 pesos.
La puesta en marcha del frigorífico va de la mano con otro proyecto que completa el plan innovador y que significa un gran desafío para los pequeños y medianos productores: intervenir en la comercialización de la fruta. Es que el gobierno nacional les ofreció a los chacareros la posibilidad de comprarles -al precio referencial de producción- parte de la fruta que producen para proveer a los comedores infantiles de Buenos Aires y otras provincias.
La situación de los pequeños y medianos productores -según explicó Sebastián Hernández, presidente de la Cámara de Fruticultores de Allen- es muy complicada. El problema es el de siempre: la eterna falta de rentabilidad. Sin dinero los chacareros no pueden mantener la sanidad del monte frutal, realizar las tareas culturales y, obviamente, tampoco pueden levantar la cosecha. Los más chicos caminan cada temporada al filo de la desaparición.
Cuando la Cámara de Allen comenzó a pensar en un proyecto de infraestructura -que se materializaría con los fondos nacionales comprometidos (1.500.000 pesos)- sus integrantes se inclinaron por la instalación de un mercado concentrador. Después, se llegó a la conclusión de que esa iniciativa no era la más favorable para los pequeños productores porque no tenían los fondos suficientes como para embalar la fruta, entrar al puesto y competir con el resto.
"Nos vinieron a ofrecer el frigorífico y vimos la oportunidad de brindarle el servicio de frío al productor. El proyecto está ligado al plan de comercialización de la fruta que nos ofreció el gobierno nacional. Nos estaría faltando el servicio de empaque, pero lo podríamos resolver a través de una cooperativa. Así cerraríamos el circuito y de esa forma comenzaríamos a darle una solución a cerca de 35 productores que ya comprometieron kilos de fruta para venderle a Nación", señaló Hernández.
En Allen, y hasta mediados de este mes, los productores que definieron vender su fruta al gobierno nacional reunían unos 5 millones de kilos. Hernández está convencido de que si se logra la comercialización de la fruta con el gobierno y además se abren nuevos mercados, "se descomprimirá la sobreoferta de fruta que hay en la región y eso será positivo para la economía. Hoy se ve como una solución pequeña, pero a largo plazo, con trabajo y compromiso, puede ser una acción muy importante".
Jorge Ferroni, productor e integrante de la Cámara de Allen, también está convencido de que los fruticultores deben preocuparse no sólo de lo que ocurre de la tranquera hacia adentro de la chacra; considera que involucrarse en la comercialización es un factor clave. "Acá hace algunos años perdimos una juguera que significaba un control de precios y mano de obra, más allá de todo lo que traía aparejado la Cooperativa Frutivinícola Allen. Perdimos la bodega y con esos antecedentes el productor está reacio a integrarse. Pero con un buen manejo, en cualquier lugar del mundo, las cooperativas dan resultados excelentes. La unión hace la fuerza, de lo contrario es imposible competir con empresas multinacionales que en el negocio frutícola manejan millones de dólares", expresó ante este medio.
En Allen existen 296 productores y ante la oferta de compra que hizo Nación, ya se superó ampliamente la capacidad del frigorífico adquirido. Desde la Cámara se aseguró que tendrán prioridad para utilizar el servicio de frío aquellos chacareros que no tenían un lugar para guardar su fruta.
Por trabajar en el plan de comercialización junto al gobierno nacional y tomar otra postura ante la crisis frutícola, la Cámara de Allen ha recibido innumerables críticas de productores de otras ciudades de la región. "Yo creo que lo peor que hay en una batalla es no darla, críticas vamos a recibir siempre porque se hace camino al andar. Esta propuesta no es solamente para Allen, es para todos, pero cada Cámara deberá hacerse cargo de agrupar a su gente y de gestionar. Para qué estamos discutiendo lo que otro hace, por qué no lo copiamos. Ahora apostamos a este proyecto, veremos cuáles son los resultados", agregó Ferroni.