A mediados de 2008, el INTA Alto Valle y el INTI, junto a productores interesados, se propusieron incursionar en la elaboración de sidra como práctica de agregado de valor a la producción frutícola familiar.
El trabajo consistió en el rescate de experiencias regionales y en la convocatoria a productores y emprendedores para realizar experiencias conjuntas.
Se efectuaron tres a escala doméstica: una en el barrio La Ribera de General Roca, otra en una chacra de Godoy y la tercera en la Estación Experimental del INTA Alto Valle. Además se realizó una degustación de los productos obtenidos.
Esta iniciativa surgió como respuesta a la inquietud de productores que captaron una demanda insatisfecha. "A los turistas que nos visitan les cuesta creer que estando en el Valle no puedan conseguir bebidas de frutas regionales y nosotros no las tenemos".
Si bien la producción de sidras no es nueva en la región, sí lo es la elaboración artesanal en pequeñas escalas y a través de procesos diferenciados como la segunda fermentación en botella o la combinación de diversas variedades de pepita.
Entre los motivos que alientan el desarrollo de esta actividad se encuentran la abundancia del insumo clave -manzanas y peras- y la oportunidad de involucrar a la familia en una labor productiva y altamente creativa.
Asimismo, las amplias posibilidades en cuanto a escalas económicas y la variedad de implementos de los cuales los elaboradores se pueden valer, permiten obtener un producto apetecible, saludable y de carácter único.
Una consideración importante en este punto tiene que ver con el destino que se conciba para el producto.
Si se trata de autoconsumo, la sidra podrá elaborarse en la cocina de los hogares, incorporando siempre un proceso de pasteurización y respetando pautas básicas de higiene. En cambio, si se piensa en un producto comercial, será necesario obtener una habilitación bromatológica, utilizar determinados equipos y acondicionar la infraestructura edilicia, entre otros.
En este sentido, el INTA y el INTI se proponen orientar y acompañar en la producción artesanal de sidras, así como en la generación de espacios de diálogo donde productores, emprendedores, técnicos y otros actores puedan intercambiar conocimientos y generar proyectos.
Del mismo modo, el aprendizaje aportado por los ensayos realizados buscará ser transmitido y enriquecido con aportes de quienes tengan interés en sumarse.
Para mayor información, dirigirse a la EEA Alto Valle del INTA (Ruta Nacional 22; km 1190 - Tel. 02941- 439000), o por correo electrónico a Betina Mauricio (bmauricio@correo.inta.gov.ar)