BUSCAR       RIO NEGRO    WEB     
TITULOS SECCIONES SUPLEMENTOS OPINION CLASIFICADOS SERVICIOS NUESTRO DIARIO PRODUCTOS
  podio
RURAL
DEBATES
GUIA OCIO
eH! HOGAR
ESPECIALES ON LINE
ECONOMICO
CULTURAL
ENERGIA
 
Jueves 14 de Febrero de 2008
 
 
 
>>Ediciones ANTERIORES
   
 
  Una vida de viajes y cosechas
 
 

Click para ver más fotos

Ahora, cuando está a punto de terminar una vida de trabajo que lo llevó de la caña de azúcar a la manzana y de Tucumán al Alto Valle, Lucas Castro (65) se siente feliz de poder irse a casa con la frente bien alta.

-Me esforcé mucho y nadie me puede reprochar nada. Estoy haciendo los papeles para jubilarme; después de esta temporada se terminó: uno quiere descansar un poco el tiempo que le queda. Lo cuenta con su hablar pausado y una sonrisa que atraviesa su rostro curtido por el sol. Parece una escena sacada de alguna propaganda de una AFJP para trabajadores rurales, pero no hay un guión publicitario en sus palabras sino la historia de un hombre que buscó su destino allá donde lo llevaran las cosechas, como tantos otros golondrinas. Y que al final, cansado de tanto viaje, eligió radicarse en Roca.

 

El punto de arranque es Ingenio Lules, un pueblito de cien familias ubicado a 15 kms de la capital tucumana. A

unas 15 cuadras de su casa vivía el changuito cañero más famoso, Palito Ortega. La zafra, de mayo hasta noviembre, fue su primer empleo, como tractorista. A los 19 se decidió a buscar otro ingreso el resto del año. Y probó suerte en La Plata. Allí, en las quintas de las afueras de la capital bonaerense, aprendió el secreto de la cosecha del tomate.

-Hay que agachar el lomo y darle. Arrancaba a las 2 de la madrugada y seguía hasta las 10 de la noche. No había otra manera de hacerlo, porque te pagan por tanto. Además, el tomate se madura rápido, no da tiempo. Trabajé bien ahí, yo era un muchacho sin compromisos.

Las cosas siguieron así durante mucho tiempo: siete meses al año la caña de azúcar y durante los otros cinco meses tomate, zapallito, berenjena o chaucha en otros puntos del Gran Buenos Aires. Con los años aparecieron los compromisos, el casamiento con Nelly, los hijos y un nuevo destino en el hori

zonte: el Alto Valle.

-Entré a un galpón de empaque en la Ruta 6 y la 22. Ahí aprendí a embalar. Nos daba una pieza el patrón, muy buena gente. Viajábamos cada temporada con mi mujer y mis hijos. Ya teníamos cuatro: Lucas, Sonia, Elsa y Julio. Después llegaría Yeny. Apenas empecé me di cuenta de que la fruta me gustaba más que la verdura. Además, una cosa es trabajar en dos turnos de cuatro horas y otra desde el amanecer hasta la noche.

Por entonces, cuando se acercaba la temporada, los seis se subían al tren en San Miguel de Tucumán a las 9 de la mañana y llegaban alrededor de las 20 a Retiro. Tomaban el subte a Constitución, hacía noche en la estación y a la mañana partían en otro tren, El Valle. Llegaban a Roca dos días después de haber salido de casa.

-En los últimos años, antes de radicarnos acá, veníamos en micro. Hay unos nuevos muy rápidos. Pero yo extrañaba el tren. Usted se levanta, camina, va al bar. Qué cosa linda...

Con el paso del tiempo se convirtió en un experto embalador. En el área donde trabaja, la fruta se coloca en cajas o cajones según el tamaño y el destino. Y donde había manos ahora hay máquinas que separan las manzanas de acuerdo con su peso, de 70 a 150 gramos, antes de que lleguen a las manos de los embaladores.

-Antes no era así: se "tamañaba" a ojo. Después salieron las primeras máquinas, pero no "tamañaban" muy bien. Estas nuevas no fallan. Usted trabaja más cómodo, porque la fruta no se entrevera.

-¿Y cuánto embala por día?

-Unos 180 bultos de 18 kilos cada uno. Un muchacho joven hace más de 200 bultos... yo les digo "bultos", pero son unas cajas nuevas muy lindas.

-¿Cuál es su manzana preferida?

-Para trabajar, la Red Delicious. Además es rica y tiene una linda fragancia. La Granny Smith es muy delicada, aunque tiene más aguante. La Gala, en cambio, es más firme, más dura, pero no me simpatiza. Y después hay otras de tamaños chicos y nombres raros, pero no tienen el mismo gusto que la Red Delicious.

Por ser uno de los empleados más antiguos puede elegir el turno, como marca la tradición. Y él optó por entrar a las 6, salir a las 10, volver a las 14 y terminar la jornada a las 18.

-¿Sabe una cosa? -dice y se le ilumina la mirada-. Cuatro hijos trabajan conmigo. No sé con qué santo a habrán estado los patrones, porque en otras empresas no dejan que trabajen familiares. Pero acá sí. Y está bien, es asunto es que sepan trabajar, ¿no? Así que Elsa y Sonia hacen de todo: son peones varios. Fernando y Julio trabajan en el empaque: son embaladores. Ya de chiquitos viajaban conmigo y aprendieron mirándome.

-¿Qué les enseñó?

-Que hay que cumplir con el trabajo, que tiene que estar bien hecho. Que nadie pueda hacer un reproche...

-¿Por qué se afincaron en Roca?

-Porque íbamos y veníamos, Íbamos y veníanos... Y nos cansamos. Hace cuatro años conseguimos un terreno de 15 x 25 en la ampliación del Barrio Nuevo, allá al fondo de la San Juan, después de que se termina el pavimento. El lote tenía una pieza de 7 x 3, sin techo.

-¿Cuánto costó?

-Pagamos 600 pesos. Tenemos todos los servicios, las cloacas ya instaladas y hasta cordón cuneta. Los vecinos son gente de trabajo, nadie ofende a nadie. Estamos mejor que la gente del barrio Nuevo... ahora por un terreno acá tiene que pagar 3.000, 4.000 pesos... si consigue uno. Nosotros estamos edificando. Ya le pusimos el techo y además del comedor tenemos un dormitorio y el baño. Y vamos a seguir...

-¿Y ya terminó el viaje? ¿Se queda en Roca?

-...no sé. Es una linda ciudad. Me dio trabajo y estoy agradecido, aunque es una pena que no sea permanente. Allá, en Tucumán tengo a mis padres: Luis, que ya tiene 103 años y Antonia, de 95. Ahí nací y eso tira. Vamos a ver. Pero si me vuelvo a Ingenio Lules me puedo ir tranquilo: acá se quedarán los hijos, con un oficio y una casa. No es poco, ¿no?

Estiman que se emplea a unos 11.000 trabajadores "golondrina".

El tucumano Castro es uno de ellos y su historia, una síntesis de otras.

Cansado de tanto traslado, decidió ser un ciudadano más de Roca.

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
Todos los derechos reservados Copyright 2006