En el mismo momento, envases de diferentes tamaños, materiales y colores según el país de destino pasan colgados por la cinta. Cada embalador sabe cuál debe rellenar y elige siempre la misma.
Antes de comenzar a acomodar las frutas, le coloca unos códigos que identifican quién es el embalador y de qué tambor viene la fruta.Eso determina qué tipo de envase hizo cada uno y cuántos envases se hicieron a lo largo del día. Los embaladores cobrarán un mínimo fijo por la mínima cantidad de envases pero lo podrán aumentar si hacen mayor cantidad.
Una vez llena, la coloca en un riel que la lleva hasta un scaner que lee ese código y, en base a él y a la información que se le cargó al comienzo del proceso con datos como el lote, la variedad, el productor, genera otra etiqueta más grande que se pega en esa caja y es única para esa caja donde tiene todos los datos necesarios para saber el origen y proceso de esa fruta. Eso se denomina trazabilidad y es imprescindible a la hora de ingresar en los mercados internacionales.
Cada pallet tiene una etiqueta con la información para la trasabilidad. Partiendo de la chacra y hasta el consumidor se puede saber todo el camino de la fruta mediante los números que éste contiene. De esta manera se puede saber cuándo y dónde se cosechó, cuánto tiempo estuvo en las cámaras del frío del galpón, en qué vapor viajó y cuántos días tardó en llegar a puerto.
Aunque anteriormente la fruta viajaba en bodegas, hoy en día más del 60 % lo hace en contenedores. Al igual que los camiones, los contenedores tienen termógrafos en su interior que permiten saber, una vez que la fruta llegó a destino, la temperatura exacta que tuvo la fruta en el viaje.
Los contenedores cargados de manzanas del Alto Valle se cargan en el puerto de San Antonio Este o en Bahía Blanca en un barco chico en el que viajan hasta Montevideo donde se cargan en un vapor más grande. Los termógrafos son tan precisos que muestran el momento en que los contenedores se desenchufan para su traslado al barco madre. Muchas empresas exportadoras tienen, en los puertos de destino, técnicos que revisan por última vez la calidad de la fruta al llegar.
