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Martes 21 de Noviembre de 2006
 
 
 
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  CATAMARCA
  Cada vez crecen más Totó ante la pasividad oficial

El Estado no genera salidas positivas para los chicos insertos en situación de riesgo social. Mientras tanto aumentan los problemas a nivel familiar y la internación nunca es la mejor opción Por diario "El Ancasti", Red de Diarios en Periodismo Social.

 
 

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Catamarca (Diario El Ancasti/ Red de Diarios en Periodismo Social).- A pesar de los relevamientos y programas que periódicamente se presentan a nivel oficial, el Estado no logra generar salidas positivas par los chicos que crecen en condiciones desfavorables. Mientras tanto aumentan los problemas de niños a nivel familiar, social y económico. Y la internación crónica se muestra como la peor opción.

Decenas de niños y jóvenes catamarqueños ven prematuramente cercenada su oportunidad de crecimiento y desarrollo personal. La pobreza, el desamparo familiar, la indiferencia mayoritaria de la sociedad y la inoperancia oficial, se combinan para castigarlos con una realidad dramática.

Algunos de esos chicos viven en las calles, otros permanecen internados desde hace meses, desde hace años, desde siempre. Es difícil discernir quiénes corren con peor suerte: la institucionalización crónica de los pequeños es tan asfixiante e improductiva como el peligroso azar que imponen las calles.

Para comprender la gravedad de la situación en Catamarca, alcanza con recordar la experiencia de Cristian Rodríguez, quien virtualmente debutó en su mayoría de edad con una condena a 1 año y 4 meses de prisión por un intento de robo.

Antes de esa experiencia, la vida de Cristian, más conocido como "Totó", había transcurrido precisamente entre las calles y los institutos oficiales.

Cuantitativamente, el panorama catamarqueño ofrece dos lecturas. Por un lado, podría considerarse que la realidad es menos crítica que en otras provincias, ya que los chicos internados son relativamente pocos (sobre todo en comparación con otros centros urbanos). Por otro, el presente indigna cuando se observa que no se halló una respuesta efectiva, una solución real, ni el modo de ofrecer contención.

Prevalece entonces la mirada negativa, porque lo concreto es que el problema se expande, y mañana habrá muchos más casos como el de Totó.

La Red Educativa Solidaria fue en esta provincia la entidad que asumió una postura más firme ante el tema, y no dudó en responsabilizar directamente al Estado por este caso y otros similares que no trascendieron públicamente, tanto que denunció lo ocurrido ante la Unicef (organismo de la Organización de las Naciones Unidas que atiende los problemas de la infancia) y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

Preguntarnos sobre el destino de nuestra infancia y adolescencia no tendría mayor sentido si reconociéramos que ellos están bajo el mayor paraguas protector que se puede imaginar para un país, como es la Constitución Nacional?, asegura la entidad, pero inmediatamente observa que todo está en la letra pero falta en el espíritu, se carece de la esencia y el auténtico convencimiento de que la infancia es la etapa fundacional en la vida de las personas y los pueblos.

En Catamarca, la realidad nos muestra que los gobiernos y las políticas implementadas, los funcionarios de los distintos poderes y su falta de trabajo serio y sostenido han facilitado y facilitan, tanto en lo legal como en lo institucional, la reproducción y ampliación de la violencia y marginalidad que se dice evitar con la pretendida intervención protectora del Estado, siendo finalmente víctimas de tantos desaciertos organizados, niños, adolescentes y jóvenes, sostiene Luis Rodríguez, dirigente de la Red. Posteriormente se afirma que los menores constantemente son víctimas condenadas a la violencia institucional y social, lo que las inicia en el predeterminado circuito penal-asistencial.

Obviamente, a este resultado no se llega por azar del destino, sino que es la resultante de la falta de oportunidades vitales, de la falta de contención y promoción de sus capacidades y habilidades básicas para encarar una vida en sociedad como sujeto de derecho y no como objeto exclusivo de la tutela estatal, que día a día le fue quitando su libertad hasta quedar definitivamente sin ella?, añade.

En la Argentina hay cerca de 20 mil chicos privados de libertad, pero en la mayoría de los casos no es por cuestiones penales. La situación no es ajena a Catamarca, donde desde hace tiempo se plantea el problema de los menores institucionalizados, con un sistema que agrava la situación de los chicos encerrados, en lugar de contribuir a que superen sus crisis familiares y económicas.

Aunque en Catamarca las estadísticas son siempre material reservado, se sabe que decenas de menores permanecen internos en instituciones que le ofrecen una triste y pobre calidad de vida, con escasos márgenes de progreso y desarrollo individual, y hay casos en que la situación se extiende durante años, sin ningún intento por reinsertar al menor en su núcleo natural.

Aunque legislativamente hubo algunos avances en los últimos meses, la institucionalización de los chicos sigue siendo una alternativa sistemática, que claramente perjudica a más niños de los que beneficia.

Modificar la práctica para generar un sistema de protección y formación integral sigue siendo una asignatura pendiente.

   
Diario "El Ancasti"
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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