Teleférico Cerro Otto

A la cima del cerro Otto, la montaña más alta del ejido municipal, se llega en un teleférico. La excursión puede contratarse en la cabaña de Mitre y Villegas y también en el kilómetro 5 de la avenida Los Pioneros, hasta donde hay líneas de colectivo urbano. El ascenso cuesta 55 pesos los mayores e incluye el ingreso a la confitería giratoria de la cumbre y la galería de arte donde lucen las replicas de las obras El Moisés, El David y La Piedad, de Miguel Ángel.
También puede emprenderse una caminata por los alrededores y en invierno utilizar la pista de trineos, que dispone de un funicular para volver hasta la confitería. En esta época los árboles lucen multicolores, con sus hojas en tonos ocres, rojos y amarillos. El horario del teleférico es 10 a 18.

Complejo Cerro Viejo

Se ubica en el kilómetro 1 de la ruta al Llao Llao, hasta donde se puede llegar caminando o bien en vehículo particular, ya que dispone de buen estacionamiento. Una aerosilla doble asciende hasta la parte alta, con panorámica vista al lago Nahuel Huapi. Hay un tobogán gigante, por el cual se puede descender hasta la base y volver a subir en aerosilla.
También se puede bajar caminando, por un hermoso sendero, con variedad de plantas, árboles y arbustos, cuyos nombres lucen en cartelitos. Hay una confitería en la parte alta y un buen restaurante en la parte baja.
 

Navegar por el Nahuel Huapi

Dos son las excursiones lacustres que pueden contratarse en el lago Nahuel Huapi: a Puerto Blest y Laguna Frías y a la Isla Victoria y Bosque de Arrayanes. Ambas tienen un costo de 135 pesos mayores y 67 menores, desde Puerto Pañuelo. En ambos casos, el costo del traslado entre la ciudad y el puerto (25 kilómetros) es de 34 pesos y también hay que abonar el ingreso al Parque Nacional, de 10 pesos para los argentinos y 40 para los extranjeros. La excursión a Puerto Blest zarpa desde el puerto a las 10.30, con regreso a las 18, y la de Isla Victoria a las 14, con regreso a las 18.30.
En la Isla Victoria y también en Puerto Blest hay servicio gastronómico y maravillosos paisajes naturales.
 

Cervezas artesanales

En Bariloche hay una docena de plantas, pero sólo algunas están preparadas para ser visitadas en forma turística. Hay excursiones guiadas, que visitan tres o cuatro lugares en grupos reducidos, las cuales incluyen degustaciones. Pueden contratarse en la vinoteca Diego Freixa, de la calle San Martín 597. También se puede visitar las cervecerías en forma particular. La más tradicional es Blest, con más de dos décadas en la ciudad, cuya planta y confitería se ubica en el kilómetro 11,500 de la ruta al Llao Llao. Allí puede conocerse la planta de producción y también probar las diferentes variedades.
A pocos metros se ubica el brew pub de Berlina, cuya plana de envasado se ubica en Colonia Suiza. Construida para ser visitada por el público, todo el proceso a la vista, detrás de amplios vidrios. La elaboración está explicada en carteles y también hay una amplia barra, donde pueden probarse los diferentes tipos de cervezas. En el Circuito Chico también se ubican las cervecerías Gilbert, (en el complejo Las Cartas, km 24) y El Trébol (km 19,200). Otra opción es la cervecería La Cruz, cuya planta y brew pub se ubica en Nilpi 789 (a la altura de avenida Pioneros al 6100).
En el centro de la ciudad: la cervecería Bachmann, en la calle Vice Almirante O'Connor 1348, Línea Sur, Mitre 633 y también Antares, en Elflein 47 y Wilkenny, San Martín 435.

Cocina de montaña

La buena gastronomía cordillerana constituye por si sola una razón para visitar Bariloche. Hay más de 200 restaurantes de todo tipo y con comidas variadas. Algunos se especializan en productos típicos de montaña.
Las truchas, el salmón del Pacífico, el cordero patagónico, el ciervo y el jabalí, los hongos de la zona, las frutas finas y los quesos artesanales constituyen ingredientes habituales en la buena gastronomía cordillerana. También hay una amplia variedad de parrillas, pizzerías, restaurantes temáticos y numerosos bistro gourmet. Un detalle que hay que prestar atención es que numerosos restaurantes locales no trabajan con tarjetas de crédito.
Entre los clásicos cabe destacar el restaurante Familia Weiss, frente a la iglesia Catedral, sobre la calle Palacios, en cuyas dos primeras cuadras hay una docenas de restaurantes. Otra avenida con abundante oferta gastronómica es la San Martín.
En el barrio Belgrano, a cuatro cuadras del Centro Cívico, hay cinco restaurantes especializados y todos disponen de suficiente estacionamiento (sobre la calle). Una cena en estos lugares orilla los 100 pesos por persona, sin bebidas.